Exodus deberían estar en el grupo de grandes bandas cuando se habla de thrash metal. Por trayectoria y discografía merecen estar a la altura de los gigantes, pero siempre han acabado en un segundo plano a pesar de haber parido auténticos discazos desde su creación en 1979. Muy probablemente los múltiples parones en su carrera y los cambios de formación sea lo que históricamente les ha perjudicado y lastrado.
Y lo cierto es que desde que se terminó la triste etapa con Rob Dukes a la voz pocos dábamos ya un euro por ellos. Ni cuando se confirmó la vuelta del gran Steve Souza pensábamos que la cosa podía ir bien. Pero, por suerte, una vez más muchos nos equivocábamos, y si ya en 2014 nos avisaron con el primer disco post Dukes (Blood In, Blood Out) que la cosa prometía y que iban muy en serio, siete años después nos regalan este Persona Non Grata, que para mí es ya uno de los discos del año y su mejor trabajo desde Tempo Of The Damned.
Puede que alguien le tire un poco para atrás su duración (un poquito más de una hora), pero creedme que en una época de consumo rápido y fácil esto que podría ser un hándicap en mi opinión se traduce en una bendición. Porque a lo largo de sus doce temas no sobra ni un riff, ni un solo, ni un gruñido del amigo de Souza (que está pletórico, como siempre).
Desde que arrancan con el corte que titula el disco dejan claro que estos años sin sacar material los han aprovechado para acumular mala hostia y rabia para componer tres álbumes más. También a la hora de componer y escribir las letras se agradece la intervención de todos y cada uno de los músicos, cosa que le da a la obra mayor empaque y consistencia.
A Gary Holt parece que le ha sentado de fábula su paso por Slayer y se reparte de maravilla los solos con Lee Altus (otro que está que se sale). Y la máquina rítmica de Hunting y Gibson sigue engrasada a tope. Tampoco dejan títere con cabeza a la hora de observar y analizar el mundo que nos ha tocado por desgracia vivir en canciones como ‘Clickbait’, ‘Elitist’ o ‘Prescribing Horror’, y son capaces de buscar la rapidez en temas más directos y adrenalíticos como ‘The Beatings Will Continue (Until Morale Improves)’. Toda una declaración de intenciones.
Lo dicho, a este discazo no le sobra ni le falta absolutamente nada. Ojalá se mantengan en este estado de gracia mucho más tiempo para que sigan marcando el camino a las nuevas generaciones. Necesitamos a Exodus mucho más de lo que ellos creen y mucho más de lo que les hemos demostrado hasta ahora. Aunque cada día lo parezca un poco más, no todo está perdido, amigos.
KARLES SASTRE