Autor: Noah Van Sciver
Editado por: La Cúpula
Hace justo un par de años, por estas mismas fechas en el nº 155 de nuestra edición digital, reseñábamos el primer volumen de las desventuras de este tipejo sin talento y despreciable, señalando que se trataba de un cómic “salvaje, cruel y, por tanto, delicioso” para quienes disfrutan de las historias repletas de roña y costras humanas.
Huelga decir que en este segundo encuentro con Fante Bukowski, el aspirante a mejor escritor de usamérica a este lado del underground, se las ve y se las desea con innumerables situaciones grotescas y demenciales cortesía del papá de la criatura, un Noah Van Sciver que parece que en este segundo tomo se encuentra tan a gusto encontrando el punto exacto para torturar tanto al lector como protagonista, que no se corta a la hora de plantarse con uno de esos cameos necesarios que arrancan también unas cuantas buenas carcajadas gracias al papel patético que se reserva.
Fante Bukoski Dos continúa allá donde terminó la primera entrega, adentrándose este artista “incomprendido” en el mundillo de la autoedición por motivos de pura supervivencia (“¿El mejor lugar donde vender fanzines? Pues en 1992”, leemos en uno de los muchos y gloriosos gags dirigidos al sector) haciendo uso de una consciencia tremenda a la hora de disparar las balas a través del trasunto roñoso que el autor ha creado, e intentado no dejar ningún flanco sin atacar: editores, reseñistas, aspirantes y creadores.
Este cómic es todo un festival de odio y cinismo perfectamente articulado al que, de forma muy inteligente, contrapone con una de sus piezas clave, el personaje de Audrey y su ascenso como escritora del momento; las situaciones que se narran en paralelo y la forma de confluir en el obligado reencuentro entre ambos son de lo mejorcito que nos encontramos en este trabajo que, por suerte, se puede disfrutar sin haber leído la primera parte (aunque recomendamos repasarla para que sea aún más satisfactorio)
Noah Van Sciver al final lo que nos trae con este Fante Bukowski Dos es una historia sobre una persona mala y mediocre con delirios de grandeza, uno de esos tipos a los que, por puro cansancio kármico, la vida les termina colocando donde menos esperaría nadie. Haciéndonos cargo de que se trata de una parodia exagerada, no dejamos de pensar en los muchos Fante en los que puede haberse inspirado y en los que nos hemos cruzado en persona hasta el momento.
Una vez terminado y reflexionando sobre esta tremenda comedia, Noah parece querer decirnos a gritos durante todo el tomo “¡ojo, no seáis como Fante; a no ser que queráis llegar a donde quiere llegar él y no tenéis talento alguno para ello! En ese caso, vosotros mismos, a veces funciona pero no tengo claro que valga la pena dejar tanto cadáver por el camino”.
SAMU GONZÁLEZ
