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FOO FIGHTERS – ‘But Here We Are’

Su disco más satisfactorio desde 'Wasting Light'.

No es la primera vez que Dave Grohl publica un disco al año siguiente de haber vivido una experiencia traumática. Lo hizo con el debut de Foo Fighters tras el suicidio de Kurt Cobain, y ahora vuelve a hacerlo con el decimoprimero tras las muertes de Taylor Hawkins y su madre, a quienes va dedicado con las palabras “For Virginia and Taylor» escritas en el dorso.

Sinceramente, pensaba que en esta ocasión a Grohl le iba a costar mucho más volver a poner la maquinaria en marcha, y que iba a querer tomarse un largo descanso del negocio. Pero aquí estamos… con But Here We Are y la banda girando ya con Josh Freese dándole a las baquetas. Parece que la mejor terapia para Grohl es sumergirse en el trabajo y tirar adelante. Pero al igual que sucedió con su primer disco, es inevitable escuchar estas canciones sin intentar buscar una conexión entre lo que canta Grohl y lo ocurrido.

La diferencia es que en esas primeras canciones del homónimo de 1995, que, recordemos, habían sido escritas antes, Grohl, fuera por inmadurez o por miedo a que le acusaran de intentar capitalizar el dolor de los fans de Nirvana, evitó totalmente escribir sobre Cobain. En cambio aquí, prácticamente no hay ni una línea que no puedas asociar de manera directa o indirecta a la pérdida de dos de sus personas más queridas. «Era mi hermano de otra madre», llegó a decir sobre Hawkins.

«Vino en un flash, vino de ninguna parte, ocurrió tan rápido, y entonces había terminado», son las primeras palabras que escuchamos en ‘Rescued’ que abre el disco. Y «Despertándome, he vuelto a soñar con nosotros, en el cálido sol de Virgina, ahí es donde te encontraré», las últimas que canta en ‘Rest’, el tema que lo cierra. Entre medio, Grohl canaliza todas las emociones inherentes al duelo, con muchas preguntas y casi ninguna respuesta. Pero el uso del blanco de la portada, ya advierte que no estamos ante un disco oscuro o desgarrador. Para la bueno y para lo malo, Dave Grohl no es Nick Cave.

Como era de esperar, But Here We Are desprende un aire solemne, pero no se olvida de rockear. En temas como la impetuosa ‘Rescued’, la super melódica ‘Under You’, que remite a hits pasados como ‘Breakout’ o ‘Generator’, o ‘Nothing At All’, con un estribillo muy nirvanero, los Foos suenan con energías renovadas. Duele decirlo, pero el hecho que Grohl se haya ocupado de nuevo de la batería (algo que no ocurría desde The Colour And The Shape) quizá tenga algo que ver.

A lo largo del disco también se nota a un grupo más inquieto musicalmente, aventurándose en ofrecer canciones algo más complejas y articuladas con tratamientos sonoros más trabajados. En ‘But Here We Are’, tanto el ritmo como las guitarras en las partes instrumentales recuerdan a Rush, algo que seguro hubiera encantado a Taylor. En la larga ‘The Teacher’ se adentran en terrenos aún más progresivos, jugando con diferentes intensidades, y terminando con Grohl gritando «Goodbyeeee» mientras se fusiona con puro ruido antes de terminar abruptamente. Al igual que la más acústica (hasta que deja de serlo) ‘Rest’, tiene un cierto aire a Pink Floyd.

Incluso medios tiempos como ‘The Glass’, Show Me How’, en el que Violet Grohl canta con su padre a través de una nebulosa dream pop, o el más épico ‘Beyond Me’, no sobran. Por primera vez en mucho tiempo, en las canciones se aprecia un propósito sincero, en lugar de ser simples gimmicks para seguir manteniendo su estatus como banda de estadios.

Sin ser, ni de lejos, una obra maestra, But Here We Are sí es el disco más satisfactorio de Foo Fighters desde Wasting Light, y ayuda a recuperar sensaciones que creíamos perdidas. Es una putada, pero aquí se vuelve a demostrar que el mejor arte suele salir de las peores experiencias. Ni que seas ‘the nicest man in rock’.

JORDI MEYA