Ocurre a veces que cuando un artista se encuentra estabilizado tanto en su carrera profesional como en su vida personal, es cuando menos cosas interesantes tiene que contar. A Frank Turner le vino a pasar eso mismo con Be More Kind. 

Con sus planes de adentrarse en el mercado americano viento en popa y un recién anunciado matrimonio, el ex Million Dead entregó el pasado curso un trabajo con un acercamiento al pop un tanto forzado y muy poco inspirado. Siendo probablemente consciente de ello, Turner ha optado esta vez por buscar su musa en otros personajes en lugar de sus propias experiencias. Y así es como surge No Man’s Land, un disco basado en las historias de varias mujeres pioneras en diferentes campos que nunca tuvieron el reconocimiento que merecían. 

Por suerte, lejos de resultar un panfleto feminista barato sin sustancia (desde algunos sectores se le ha señalado de intentar subirse al carro del movimiento o de no ser una voz autorizada para un tema como éste), el cantautor británico se ha preocupado de darle profundidad a cada uno de los relatos haciendo valer su faceta de historiador. Por ejemplo, en ‘Sister Rosetta’ nos cuenta la vida de la cantante Rossetta Tharpe, pionera del rock and roll que llegó a influenciar a Chuck Berry y Elvis Presley, y ‘I Believed You, William Blake’ trata de la importancia que tuvo en la obra de pintor inglés su esposa Catherine. Si siempre se ha caracterizado por el cuidado en sus letras, aquí adquieren un valor doblemente importante.

Musicalmente también encontramos novedades, ya que aquí Frank ha decidido prescindir de sus Sleeping Souls para rodearse de un banda formada íntegramente por mujeres. Algo que ayuda a darle una sensibilidad diferente al álbum, como se puede escuchar en los arreglos jazz de ‘Nica’ y una producción más orgánica y natural. Sea de un modo u otro, en ‘ Jinny Bingham’s Ghost’, ‘The Death Of Dora Hand’ y ‘ The Hymn Of Kassiani’ se mete de lleno en el papel de trovador moderno que lleva dentro, acercándose al espíritu de sus primeras grabaciones. 

Y aunque la crítica de su país no ha tardado en atizarle por su supuesto enfoque erróneo, No Man’s Land se antoja como un álbum necesario. Tanto para Frank Turner como para estos tiempos que corren.

GONZALO PUEBLA