Hace unos días, mientras recolocaba en la estantería mi colección de antiguas RockZones en papel, me dio por recuperar uno de los números más especiales que hayamos publicado en nuestra humilde historia: el 60. Los que lleváis ya un tiempo siguiendo la revista seguro que recordaréis aquella portada correspondiente al mes de Junio de 2010 protagonizada por tres jóvenes bandas nacionales: Nothink, Angelus Apatrida y This Drama. Bajo el titular «Generación 21» se llevaba a debate la escena alternativa patria de por aquel entonces.
Durante la entrevista, Juan Blas, Alex Ferrero, Miguel Peñas, Guillermo Izquierdo y Asdrúbal Marichal analizaban la situación de una nueva hornada de grupos que estaban comenzando a despuntar y las dificultades que solían encontrar en su día a día para salir adelante. El artículo acababa con una pregunta lanzada al aire por Jordi Meya y Richard Royuela; cómo pensaban que estaría la situación a diez años vista.
Teniendo en cuenta que han pasado ya casi 9 años desde aquella portada (prácticamente la década a la que se hacía mención en esa pregunta), me dio por hacerme la misma cuestión. ¿Qué ha sido del panorama nacional en todo ese tiempo? ¿Dónde están ahora mismo esos tres grupos? Y sobre todo, ¿hemos ido a mejor?
Bien, vayamos por partes. 9 años después de editar Clockwork con la disquera alemana Century Media, Angelus Apatrida han publicado otros tres álbumes que les han servido para colocarse como la punta de lanza del metal nacional, además de recorrer todo el globo siendo capaces de compartir escenario con leyendas como Slayer o Megadeth. Un sueño hecho realidad para cuatro jóvenes metalheads de Albacete que hace unos años decidieron dejar sus curros para dedicarse a lo que más les llenaba. Y como ellos, ya no resulta tan extraño ver otras formaciones que se atreven a dar el salto de salir a tocar fuera. Que Berri Txarrak, Toundra o Crim hagan las maletas para irse de gira al extranjero ha dejado de ser noticia.
Por su parte y debido a su situación geográfica, los tinerfeños This Drama no siempre lo han tenido fácil. Pero contra todo pronóstico y pasado todo este tiempo, aún continúan en pie, y no solo eso. Gracias a su insistencia han sido capaces de llevar a las Islas Canarias a bandas internacionales como Gallows, Cancer Bats, PUP, Jello Biafra o Anti-Flag. Un logro nada despreciable.
En el caso de Nothink, los madrileños cesaron su actividad en 2012. Aún así, su cantante y guitarra Juan Blas ha seguido haciendo ruido con Minor Empires y Caboverde, amén de su labor como productor en Westline Studios. Y aquí es donde a mi particular entender está uno de los puntos clave para lo que ha sido la mejora de nuestra escena en estos últimos tiempos. El ver que los que ya estaban hace diez años (o más) no solo continúan al pie del cañón, sino que han sido capaces de habilitar un espacio lleno de oportunidades para las generaciones venideras. Al igual que Juan, otros ilustres como pudieran ser Eric Fuentes de The Unfinished Sympathy, Txosse Ruiz (ex-NoWayOut) con sus Wheel Sound Studios o Álvaro Escribano (ex-Kick Out) en La Chulona, han ocupado esa segunda línea en el campo de batalla.
También otros músicos ya veteranos han sabido realizar otro tipo de rol. Juan A. Soler «Kantz», anteriormente en Tenpel, lleva haciéndolo desde hace un par de años al frente de The Braves Records, uno de los sellos independientes que más rápido ha despuntado en el último lustro. Junto a Spinda Records, han puesto el foco en toda una nueva oleada de bandas andaluzas con Catorce, Atavismo, Bourbon, Santo Rostro, Grajo y The Dry Mouths a la cabeza, convirtiéndose en una de las escenas más fértiles de la península.
De todo esto se está viendo beneficiada una nueva camada de grupos muy talentosos y sobre todo con un hambre voraz por abrirse camino. Hablo de los Cala Vento, The Blackjaw, Same Fire, Gyoza, Ella La Rabia, Smokers Die Young, Skylines, Bridges To Nowhere, The Wax, Trees Will Tell, The Wizards, Maculy… que vienen pisando fuerte desde abajo. Algunos llevan más tiempo que otros e incluso están empezando a tener el reconocimiento que merecen, pero es responsabilidad de todos ellos mantener viva la llama para cuando les llegue el momento de pasar el relevo.
Y es que no solo los propios músicos se han preocupado por intentar mejorar el panorama, sino que los grandes espacios parece que también se han dado cuenta de lo que tenemos por aquí. Por ejemplo, recuerdo asistir al Sonisphere de 2012 y en todo el cartel solo había una banda nacional: Vita Imana. Ahora en festivales como el Download o el Resurrection es norma encontrarse año tras año con una numerosa y variada representación de nuestro underground.
Volviendo al número de la revista al que hacía mención al principio, otro de los temas que se discutían en la entrevista era que los grupos no se apoyaban entre ellos asistiendo a sus propios conciertos. Quizás hablo desde una perspectiva muy personal, pero en los últimos cinco años, cada vez que me acerco a un concierto de una banda local en Madrid, es fácil que me encuentre con miembros de otros dos o tres grupos (como mínimo). A veces casi parece una reunión familiar y a uno le lleva más tiempo despedirse de todo el mundo antes de volver a casa que lo que ha durado el propio bolo. Parece claro que las rivalidades que pudiera haber antaño han dado paso al hermanamiento y la sana competencia entre formaciones.
Para acompañar la entrevista de «Generación 21», también se dio voz a otras figuras responsables de promotoras, sellos y webzines. Repasando el artículo me llamaron la atención las declaraciones de Carola Pérez (Musikaze, Cuac Música) y de nuestra compañera de Background Noise Sara Moreno, al ser cuestionadas por los obstáculos que se habían encontrado en la industria. Ambas destacaban lo difícil que resultaba que se las tomase en serio por el mero hecho de ser mujeres en un mundo lleno de hombres. He aquí otro aspecto en el que considero que se ha avanzado muchísimo, ya que no solo es cada vez más habitual ver una mayor presencia femenina en lo que respecta a los medios o agencias, sino también en los escenarios. Bones Of Minerva, Lizzies, Bala, The Lizards, Swampig, Broken Lingerie, Pan, Violets, Morgan… Todas ellas en su mayoría formadas o lideradas por mujeres, están haciendo de una vez por todas que el ser chica y coger un instrumento no sea visto como una excepción a la norma.
Por supuesto, no todo es de color de rosa ni estamos próximos a un paisaje idílico al 100%. Problemas como el siempre complicado alquiler y los horarios de las salas (cuando no toca hablar de su desaparición) o el escaso (por no decir nulo) apoyo de las altas instituciones siguen siendo el pan de cada día. Pero sinceramente y echando la vista atrás, creo que las cosas han mejorado mucho. Obviamente aún queda trabajo por hacer, pero creo que se está caminando en la dirección correcta. Puedes llamarlo escena. Puedes llamarlo underground. Puedes llamarlo como te dé la gana. Pero es responsabilidad de tod@s (grupos, discográficas, agencias, medios, colectivos, productores, salas, público…) hacer que esto siga en pie y funcionando.
Y sí, sé que a lo largo de esta columna he dado nombres muy concretos, pero igual que todos los que he citado podría mencionar otros cien más. Y seguro que tú también sabrías hacerlo, porque todo esto que tanto nos apasiona, casi una década después de aquella portada con Nothink Angelus Apatrida y This Drama, sigue estando más vivo y cercano que nunca.