Teniendo en cuenta que el anterior álbum de Geat Dead, Honesty Lives Elsewhere, tiene ya cuatro año, es fácil pensar que este nuevo trabajo se ha ido cociendo a lo largo de varios meses o años, pero lo que podemos escuchar en Dancing With The Curse, bien podría haber sido escrito y grabados en este nuevo mundo pandémico. Es más, Get Dead parece una banda hecha a media para este nuevo mundo.
Garra, lucha, agresividad, justicia… son algunos de los adjetivos que vienen a la mente cuando escuchas la energía de este álbum producido por su ‘jefe’ Fat Mike. Su vocalista Sam King sabe transmitir esa crudeza e incertidumbre que todos compartimos ahora y el discurso musical de la banda, cada vez está más lejos de los ataques acústicos que eran parte de su personalidad no hace tanto tiempo. En el álbum tenemos todavía algunos destellos acústicos, ‘Pepperspray’ y ‘Glitch’ son sensacionales, pero por otro lado nos encontramos cosas como ‘Green’s Girl’ que hasta nos pueden recordar al post hardcore de Hüsker Dü, algo casi impensable no hace tanto.
Pese a todo eso, Dancing With The Curse, no es un álbum que te succione hacia un agujero negro, la naturaleza de las canciones de los de San Francisco, repletas de ritmos bailables de base de ska punk como ‘Disruption, ‘8 Track’ o ‘Fire Sale’, o sencillamente a base de melodías que llaman la atención desde la primera escucha, como el caso de ‘Nickel Plated’, hacen que su discurso realista llegue sin necesidad de plantearte quitarte de en medio. Mejor aún, acaban dejando un poso de esperanza, y eso es todo un logro en un disco de punk rock en un año tan mierdoso como 2020.
RICHARD ROYUELA