Una de las cosas que siempre me ha gustado de Van Halen es que hubiera tanta gente no entendiera por qué eran una banda tan venerada. Cuando sus fans hablamos de Van Halen, lo hacemos con una pasión que prácticamente es imposible que transmitamos de ninguna otra banda. Y es que sencillamente no ha habido otro grupo como ellos. Por algo, pese su inmensa popularidad e influencia, casi ninguno se atrevió a imitarles; sabían que era un combate perdido desde el primer segundo.

Van Halen fueron –joder como cuesta hablar de ellos en pasado- un estilo en sí mismo. Vale que lo más normal era ver sus discos en las cubetas de hard and heavy, pero eso es quedarse demasiado corto ante la inmensidad de su legado. Lo que David Lee Roth y Eddie Van Halen fueron capaces de crear juntos –ayudados por una sección rítmica con su hermano Alex Van Halen y Michael Anthony, también única e irrepetible- va más allá de lo que se presupone de una banda de hard rock, o sencillamente de rock a secas.

Pese a sus dudas y reticencias iniciales, Eddie supo entender que necesitaba a alguien como David Lee Roth para que su banda no fuese una más en las enciclopedias. De hecho, en su reciente biografía, el productor Ted Templeman habla también de las reticencias que tuvo hacia Roth cuando fichó a la banda para Warner Bros, e incluso se planteó muy seriamente que Sammy Hagar (con quien había trabajado en los discos Montrose) fuera el primer cantante de la banda.

Templeman reconoce que de haber seguido adelante con ese plan, hubiese cometido el error más grande de la historia del rock… Algo que comprobaríamos años más tarde cuando finalmente, en 1985, Hagar se unió a la banda y Van Halen, aún conservando su inmenso tirón comercial, perdieron la magia que los había hecho especiales. Diamond Dave y Eddie nacieron para reescribir juntos la historia del rock, y eso hicieron durante seis discos, cada uno con su propia personalidad e incomparables los unos con los otros.

Puede que cada uno tenga su guitarrista favorito, pero nadie puede negar que es difícil encontrar a uno más completo que Eddie Van Halen. Nunca necesitó de largos solos para demostrar su valía, la calidad siempre estuvo por encima de la cantidad, y como si quisiera exhibir todo lo que era capaz desde el inicio, colocó la instrumental ‘Eruption’ como segundo corte de su debut discográfico. 102 segundos de gloria con ese revolucionario tapping que marcaría el camino de las siguientes generaciones de guitarristas de rock, de Dimebag Darrell a Tom Morello, desde ese preciso instante.

Pero Eddie Van Halen era mucho más que su increíble técnica. Su valía como compositor estará grabada de por vida en sus discos, pero su versatilidad de poder con todo, es quizás lo que le hace verdaderamente único. Consiguió convertir un clásico el rock como ‘You Really Got Me’ en un tema que ahora le debe tanto a The Kinks como a los propios Van Halen. Y no deja de ser irónico que su canción más famosa, ‘Jump’, esté dominada por los teclados.

A diferencia de muchos solistas, Van Halen era un genio de los riffs (‘Everybody Wants Some’, ‘Unchained’, ‘Panama’…), y supo entender el peculiar lenguaje de Roth ya fuera en las versiones de clásicos soul como ‘Dancing In the Streets o ‘You’re Not Good’, o construyendo piezas como ‘Hot For Teacher’ que ninguna otra banda era capaz de hacer. Hasta el propio Michael Jackson no pudo resistirse a su hechizo y acabó fichándole para que ejecutara uno de sus mejores solos en ‘Beat It’. El hedonismo sin límite del rock de los 80’s tuvo todo el sentido con ellos. Eran divertidos, más grandes que la vida –además lo sabían- pero musicalmente nunca dieron un paso en falso.

Ayer Eddie Van Halen nos dejó. Su perenne sonrisa, acompañada por su icónica guitarra de tiras rojas y blancas y ese cigarrillo que parecía enganchado a él, es pura iconografía de la cultura pop porque, insisto, Van Halen fueron mucho más que una banda de rock. Descansa en paz. Los de que aquí te vamos a echar en falta, porque siempre albergábamos la esperanza de volver a escuchar un disco nuevo o que la banda volviese a salir a la carretera, a pesar de su alergia a salir de su propio país.

Poned YouTube con el volumen a tope y disfrutad de su actuación en el US Festival de 1983. Tan sólo hace falta un par de minutos para entender todo lo que he intentado explicar aquí, seguramente de manera fallida, tras el impacto de su muerte. Goodbye King Edward.

RICHARD ROYUELA