Los californianos Grumpster empezaron a despuntar a finales de 2019 con su disco debut, Underwhelmed, editado por el icónico sello Asian Man Records. El trío de Oakland, aunque solo llevaba tres años en activo, tenía todo preparado para su asalto al trono del punk rock, incluyendo una extensa gira con Anti-Flag. Entonces llegó la pandemia y todos sus planes, todos sus sueños, quedaron aplazados.
Confinamiento, ganas de aprovechar el tiempo, nuevas ideas… y el resultado es este nuevo disco que estoy exprimiendo al máximo en estos primeros días de verano: Fever Dream, un ejercicio de punk pop enérgico producido por Chris #2, el bajista de Anti-Flag. Él mismo ofreció sus servicios después de compartir con Grumpster uno de esos (fríos y muchas veces aburridos) conciertos por streaming de la era pandémica.
La banda liderada por Donnie Walsh, cantante y guitarra, creció escuchando el sonido punk rock asociado al mítico club de música 924 Gilman Street, cuna de bandas como Green Day o Jawbreaker. Y esa influencia se nota en este disco, aunque con una producción brillante, lógicamente mucho más actual.
Su nuevo disco, el primero para Pure Noise Records, empieza fuerte. Y es que encadenan tres de los hits más claros de todo el disco, tres cortes directos e intensos como ‘Fever Dream’, ‘Crash’ y ‘Better Than Dead’. Este derroche de poderío, con melodías altamente infecciosas sobre ritmos veloces, va acompañado de unas letras personales sobre la necesidad de evadirse, de escapar de la realidad. La clave del discurso de la banda radica en la única pieza totalmente acústica, ‘Vicious’, pues resuena con la sinceridad de una autobiografía. Aquí la joven Walsh se desnuda y airea las cicatrices de un pasado cercano, su proceso de autodescubrimiento y aceptación como chico trans: “Parece que no queda nada de mí. No soy quien solía ser, en negación”.
Tirando de artillería pesada en la primera parte del álbum cabía esperar una segunda parte floja, pero no. La banda que completan el guitarra Lalo González Deetz y el batería Noel Agtane mantiene el tipo en todo momento e incluso consiguen llamar la atención con una ligera expansión de su sonido, con un tono algo más maduro. Intuyo la mano de Chris #2 en la melancólica pero poderosa ‘Enjoy It While It Lasts’, en la casi instrumental ‘Mirrors’ y la final ‘Spiders’, con una onda Alkaline Trio que les sienta de maravilla. Y quiero pensar que un hipotético futuro trabajo del trío podría seguir por aquí. Sea como sea, aquí estaremos para contarlo. El empuje, la frescura y la honestidad de este segundo largo nos han conquistado.
LUIS BENAVIDES