Sin campaña de prensa, mánager o agencia. ¡Sin redes sociales! Sin sello tocho, pero con gente detrás que sabe muy bien lo que se hace, militante y activa en la escena de California. Gulch son el fenómeno más tocho de la música dura actual y nadie sabe por qué.
Bueno, sí, en febrero se hizo viral un bolo suyo en YouTube que está guapo, donde se observa un gran frontman, Elliot Morrow, pegando unos berridos que pa’ qué y un batería de lo más bestiajo, mientras un público enfervorecido se mete unas leches de cuidado. Pero peña, tampoco nada que justifique que agoten miles de vinilos de Impenetrable Cerebral Fortress, su primer ¿largo?, en cuestión de horas, y así sucesivamente con todos los demás pressings que se han ido lanzando desde el 24 de julio. Y no hablemos de su merch, que también dura minutos…
Pensándolo mejor, no debería ser tan raro que una buena banda under maneje esas cifras en cualquier parte del mundo, pero cuánto han cambiado las cosas en los últimos años… Sinceramente, me parece exagerado todo lo que se está diciendo de este álbum, de hecho me ha gustado más lo que se les puede escuchar en vivo, pero hay que reconocer que su hardcore visceral y cavernícola con algo de black (‘Cries Of Pleasure, Heavenly Pain’) y death, desgañites histéricos, salidas simplísimas pero altamente corrosivas y esa cover de ‘Sin In My Heart’ de Siouxsie And The Banshees tienen un ‘algo’ adictivo.
Un pequeño terremoto a base de boca-oreja, que se expande vía WhatsApp. 16 minutos para demostrar que las reglas en la música han cambiado para siempre, y que las viejas ni valen, ni volverán.
PAU NAVARRA