Es tal la actividad de Hamlet en directo, que quizá no te habías parado a pensar en lo mucho que ha llovido desde la publicación de su último disco. Una espera de más de seis años -cifra inaudita en la carrera de la banda- que sin embargo supieron exprimir al máximo desempolvando discos tan queridos como Revolución 12.111 e Insomnio en una gira interminable, e incluso “sacando partido” de la pandemia al desenchufar Syberia cuando las normas sanitarias así lo permitieron.
Quizá este viaje al fondo de sí mismos haya auto-influenciado a una banda que, si en Berlín apostó por una ligera vuelta de tuerca en el tratamiento del sonido y algunos arreglos, vuelve a utilizar las armas de sus años dorados. La declaración de intenciones que ya se intuye en un título como Inmortal toma forma en temas como ‘Acto De Fe’ o ‘En Mi Piel’, donde casi todas sus generaciones de fans podrían ponerse de acuerdo gracias a riffs sencillos y contundentes y melodías totalmente reconocibles. Carne de directo que se mantendrá en los repertorios durante mucho tiempo.
El hecho de haber estado homenajeando su pasado cerca de tres años se refleja en muchos otros guiños, como las voces rapeadas de ‘Paz y Amén’ (¿soy yo o lo que suena nada más comenzar es puro ‘Break Stuff’ de Limp Bizkit?) o ‘El Gran Teatro del Universo’, el pasaje ultra rápido que lo cierra, muy de los tiempos del Revolución, o el inicial ‘Estigmatizado’, con una cadencia que es imposible no asociar con ‘El Color de los Pañuelos’. Pero si algo hemos aprendido de Hamlet es su habilidad por mantener su sonido y aderezarlo con pinceladas diversas en cada álbum.
Un sutil efecto electrónico salpica la entrada de este último, como si se tratara de una versión 2.0 de ellos mismos, mientras que en el interludio ‘(41.9383403, -7.4310342)’ (coordenadas que te llevan a los estudios Sadman, donde se registró), van a degüello con el experimento. Quizá algo a medio camino y presente en más cortes lo hubiera agradecido el resultado final.
La conexión con su material más reciente también está ahí, personificada en ‘Amor o Poder’ y sobre todo ‘Sombras’, nacida de las sesiones de Berlín y publicada como single aislado en 2020. Aunque puestos a trazar paralelismos, creo que el ‘disco negro’ pudo haber sido un espejo donde mirarse. Ya no solo en lo musical (la forma de empastar ‘Trauma’ es un buen ejemplo), sino por el momento vital de una banda dispuesta a reiniciar una nueva etapa y que con una sola palabra, la que da nombre al álbum, resume y da sentido a su larga trayectoria.
JORGE AZCONA