Estamos todos invitados al carnaval carnívoro que propone Hostia, banda polaca que lleva repartiendo cera desde el año 2017. Brutos, precisos, pesados, oscuros y ultrarrápidos a la hora de tocar, este cuarteto de encapuchados despachan 17 canciones en apenas 24 minutos para este su segundo LP.
Radicados en Varsovia, Hostia tratan de emular a héroes del grindcore como Napalm Death, Nails o Ratos de Porao, y en Carnivore Carnival pasan por encima de cualquier oyente como una exhalación apisonadora, aunque yo me detengo con gusto recibiendo hostias sonoras como ‘Krasnodar Kitchen’, ‘Have A faith’, ‘Wild Hunt’ o ‘Church Burner’. Todos los temas de este trabajo casi se empalman unos con otros formando un continuo imparable y destructivo. Sin tregua y sin descanso para los oídos.
Había pensado escribir que éste es un disco de género (grind inconfundible) pero, pensándolo bien, no lo creo así porque reconozco muchas voces y ritmos más propios del hardcore y porque Carnivore Carnival me ha acabado gustando más de lo que pensaba inicialmente; así que algo especial tendrá, ya que a mi el grind puro y duro nunca me ha atraído especialmente.
También ayuda a la valoración final que la presentación y el artwork del disco cuentan con un diseño espectacular. Por si eso no bastara, las letras de las canciones se presentan en el libreto como si fueran salmos dictados por St. Sixtus, el cantante de este grupo de Polonia. En resumen: son la hostia, y perdonad por el juego de palabras tan facilón.
JORDIAN FO