Si habéis tenido la suerte de haber visto a Idles en directo, o incluso un sucedáneo como sus recientes livestream desde Abbey Road, ya sabéis cómo las gastan. Siempre que los de Bristol enchufan sus instrumentos ocurren cosas, y en Ultra Mono, su tercer álbum de estudio, ocurren muchas.
Cualquier miedo que tuviera a que el éxito, insospechado, pero totalmente merecido, de su anterior Joy As An Act Of Resistance les hubiera domesticado, se desvanece por completo al escuchar el primer tema, ‘War’. Como un martillo pilón su ritmo te cruje por completo. Y la cosa no decae hasta el quinto tema con la totalmente inesperada intro de piano a cargo de Jaime Cullum (sí, no es una broma) en ‘Kill Them With Kidness’, aunque una vez arranca el tema, la banda vuelve a la bronca. Antes nos han sacudido con las brutas ‘Ground’, ‘Mr. Motivator’ (¿soy el único al que el estribillo le suena a Danko Jones?) y ‘Anxiety’. En todas ellas la batería de Jon Beavis y el bajo de Adam Devonshire avanzan como un tren sin frenos, mientras que las ruidosas guitarras de Mark Bowen y Lee Kiernan encarnan las chispas que salen de los raíles ante el inevitable descarrilamiento.
Naturalmente no me olvido de Joe Talbot, el maestro de ceremonias en esta oda al caos en la que también cabe un riff bailable (‘Danke’) y algo de melodía (‘The Lover’). El vocalista reparte bilis a los de arriba y a los de abajo. Cada sílaba te la imaginas llegando acompañada de un escupitajo. En ‘Model Village’, algo así como el ‘Park Life’ de Blur en versión cafre, carga contra la homofobia y el racismo subterráneo de la clase media, mientras que en ‘Reigns’ ataca a la monarquía con versos como «¿Qué se siente al tener sangre azul corriendo por tu venas? ¿Qué se siente al haber pulverizado a las clases obreras?». Suerte que no vive en España…
Puede que ahora que ya estamos familiarizados con sus recursos, Ultra Mono carezca de ese factor sorpresa de su anterior álbum, pero desde luego es un buenísimo sucesor. Su desbordante energía y mala baba te incitan a salir a la calle y quemarlo todo. O pegarte un tiro. Tú eliges.
MARC LÓPEZ