¿Quién nos iba a decir que el primer gran disco de rock de 2023 nos iba a llegar gracias a un señor de 75 años? Pero claro, si el señor se llama Iggy Pop, la sorpresa no es tanta, y menos después de los pedazo conciertos que se marcó el pasado verano en nuestro país.
Si cuando lanzo su anterior álbum, el sombrío Free en 2019, parecía que la Iguana había optado por tomarse la vida y la música con más tranquilidad, Every Loser deja claro que todavía le quedan unas cuantas coces por dar. Con el apoyo de Andrew Watt, que, además de producir el disco, lo ha lanzado a través de su nuevo sello Gold Tooth, Iggy suena rejuvenecido y con ganas de pasárselo bien. «Tengo una polla y dos pelotas, eso es más que todos vosotros», son las primeras palabras que salen de su boca en la frenética ‘Frenzy’, un torpedo punk rockero con el que te lo imaginas sin camiseta contorneándose por el escenario.
Siguiendo el mismo modus operandi que utilizó con Ozzy Osbourne, Eddie Vedder, y posiblemente en el próximo disco de Morrissey, que verá la luz este año, Watt ha rodeado a Iggy de sus músicos de confianza, Chad Smith, Duff McKagan y Josh Klinghoffer, y ha invitado a algunos otros (Dave Navarro, Eric Avery, Travis Barker, el malogrado Taylor Hawkins) para asegurarse una base musical impecable, que unida a su sensibilidad pop (recordemos que ha anteriormente había trabajado con Justin Timberlake, Miley Cyrus o Post Malone) consigue ese efecto revitalizante parecido al que en su día logró Rick Rubin usando a los Heartbreakers de Tom Petty como banda de estudio para trabajar con artistas veteranos como Johnny Cash, Neil Diamond o Donovan.
También conceptualmente Every Loser recuerda a los dos últimos de Ozzy, por esa voluntad de presentar una especie de resumen estilístico de toda su trayectoria que pueda servir de puerta de entrada para nuevas generaciones. Así nos encontramos al Iggy desmelenado en descargas eléctricas como ‘Modern Day Ripoff’, ‘Neo Punk’, o esa ‘All The Way Down’ que suena a medio camino entre los Stones y los Stooges, al Iggy new wave en ‘Strung Out Johnny’, ‘Comments’ o la brillante ‘The Regency’, al Iggy baladista en la bonita ‘Morning Show’, y hasta al Iggy bohemio en el interludio al piano ‘The News For Andy’.
Quizá a Every Loser le falte algo de sustancia para colocarlo al lado de sus mejores obras, pero es deliciosamente entretenido, y sus 36 minutos pasan como un suspiro. El disco ideal para que arrasase en el próximo Azkena sin tener que recurrir a los clásicos de siempre.
JORDI MEYA
