Es posible que a Ihsahn nunca dejen de recordarle que con Emperor grabó canciones que hoy día son consideradas clásicos. Sigue tocándolas en directo en festivales cuando sale al escenario bajo este nombre. Pero los fans piden más, o sea, nuevas canciones de black metal que viven en otra década y no el presente.
Y no es que Ihsahn haya dejado de lado el black metal en sus otros proyectos, de hecho ha compuesto cosas tan interesantes como experimentales que podrían habernos hecho olvidar de Emperor por un momento, pero ante cada lanzamiento suyo la pregunta renace: ¿Para cuándo un disco de Emperor? Ahora nos presenta el primero de dos EP´s, éste llamado Telemark en tributo a su región natal en Noruega, con tres piezas originales, más dos versiones a cuál más curiosa.
‘Stridig’, ‘Nord’ y ‘Telemark’ son las piezas originales, en una de ellas hace uso del saxofón como hilo conductor, en otra su lengua natal para canalizar esa brutalidad, y en otra la instrumentación prog que ha caracterizado sus últimos años. En todas ellas el metal extremo no parece ser el factor más destacado a la hora de estructurar las canciones, sino el minimalismo que es casi heredero de los últimos trabajos de Satyricon, salvando las diferencias. ¿Black metal? Sí, pero no de la manera que uno se espera.
Ihsahn claro que quiere seguir desafiándose a sí mismo, pero sobre todo un público al que nunca entrega del todo lo que espera de él. Gira la cabeza hacia toda su trayectoria en solitario, aunque de manera ligeramente menos experimental que en otras ocasiones, y con el toque bizarro de las versiones rockeras de Iron Maiden y Lenny Kravitz que terminan siendo una anécdota simpática. Correcto en las formas pero no espectacular.
JORGE FRETES