Ecléctico, abarcando un amplio abanico de registros sonoros, el cuarto álbum de It’s Ok, un grupo cuyo miembro más conocido es Robert Hecker (conocido en estos lares por haber sido también guitarrista en álbumes fundamentales de Redd Kross; ahí está para la eternidad sus líneas de guitarra en el icónico, majestuoso Third Eye) no decepciona, sino que activa el estado de la serotonina.
Un viaje que nos lleva desde el pop de guitarras clásico hasta temas con un punch más cercano a la celeridad punk, influencias de la chanson francesa, temas lentos… Un banquete excelente donde picotear y no aburrirte a través de sus dieciséis canciones. Ellen Rooney ejerce de cantante en la mayoría de las canciones, una volcánica voz perfecta para los temas más rápidos, pero que también sabe adecuarse a cuando se rebajan las pulsaciones y entramos en otros terrenos que necesitan distinto tipo de textura vocal.
Producido por Hecker, aparte de sus magníficas guitarras, encontramos algunas canciones donde ejerce de cantante principal, y en otras dobla la voz de Ellen Rooney, lo cual le da un punto de diferencia al disco que se agradece. Aún así, con la lista citada de estilos que aborda, es homogéneo, se nota en cada canción el ADN del grupo, su propia idiosincrasia e individualidad en un mundo, el del rock o el pop, donde cada vez esos valores se pierden más a menudo.
Que batallen desde la independencia, les da esa libertad creativa. Aunque seguramente si por una concatenación de casualidades llegaran a ser un grupo de top ten en el Billboard, seguramente funcionarían de la misma forma en que lo hacen ahora. Uno de esos anómalos álbumes que quizá pasen desapercibidos por la mayoría de los medios, pero que sin duda tienen suficiente enjundia como para pararte a escucharlo una y mil veces.
IGNACIO REYO