Al confinamiento obligado por la maldita pandemia en 2020 le debemos muy buenos discos, que siguen apareciendo tres años después. Sin ir más lejos, la mayor parte del presente It Bites, el nuevo disco de Jamie 4 President, fue concebido en un piso de 30 metros cuadrados en la ciudad de Madrid. Su alma mater, Jamie R. Green, se desnudó en alguna de estas canciones basadas en reflexiones personales y vivencias reales montadas sobre melodías de ocho quilates.
¡Ah! Si tenéis curiosidad y queréis saber cómo sonaban esas grabaciones caseras, podéis escuchar la cortita y directa ‘True Crime’ en su versión embrionaria en la compilación Lockdown Home Recordings, una iniciativa en la que participaron una pila de bandas estatales durante el encierro.
Volviendo al nuevo disco, Jamie se llevó ‘True Crime’ y otra decena de temas a su estudio de confianza, Ultramarinos Costa Brava, en Sant Feliu de Guíxols, donde ya había grabado sus dos últimos largos, The Heartbreak Campaign (2017) y Consolation Prize (2019). Y, escuchado el resultado final, la idea no era hacer exactamente lo mismo. La evolución es evidente. En este tercer largo con Santi Garcia a los mandos -el quinto de su carrera-, la banda a caballo entre Torremolinos y Madrid ahonda en su lado más pop al sutilizar su propuesta. Para entendernos, menos fuzz y más programaciones.
Ya el primer corte, la inspiradora y emocionante ‘Cobwebs’, que líricamente observa la juventud con nostalgia, nos anticipa el sonido de este nuevo largo con un bajo synth y en general unos ecos ochenteros que encajarían de maravilla en la banda sonora de series revivalistas como Stranger Things. También son buenos ejemplos la que da nombre al disco y ‘Wisky & Soda’, una pieza armada con guitarras acústicas y teclados que explota en un sorprendente estribillo bailable. Con todo, la esencia de estas canciones es muy Jamie 4 President, más elegantes que nunca –no puedo evitar pensar en unos remozados Death Cab for Cutie- pero reconocibles en todo momento.
La banda que completan Pablo González a la batería y Borja Pérez al bajo también despacha canciones con nervio y distorsión como ‘My Lucky Token’, la citada ‘True Crime’ –sentimiento punk con guitarra acústica- y sobre todo la potente y guitarrera ‘Eruptions’, dos minutos y pico de energía bien enfocada.
Pero para especiales en este largo diverso y entretenido, en mi opinión, ‘We Owned the Night’, posiblemente la más emo del disco, con su amiga Paula de los añorados Wild Animals marcándose unos coros preciosos, y la progresiva ‘Castaways’, una pieza que va de la sobriedad acústica a la electricidad más esplendorosa, que va sumando capas y capas ensoñadoras, el broche perfecto para un trabajo refinado y sentido que te va conquistando con cada escucha.
LUIS BENAVIDES