Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver. Esta mítica frase, atribuida erróneamente a James Dean, se podría aplicar perfectamente a Reuben, banda de culto en activo entre 1998 y 2008 con tres discos de rock alternativo para enmarcar e incontables hits. La carrera en solitario de su cantante, guitarra y principal compositor, Jamie Lenman, iniciada en 2013 con ese ambicioso disco doble titulado Muscle Memory, está pasando algo más desapercibida fuera del Reino Unido, donde es considerado poco menos que una leyenda viva del underground.
Sus trabajos hasta la fecha no han dejado a nadie indiferente, tampoco entre la vieja guardia de Reuben, principalmente por su mezcla de elementos y géneros. Ya sabíamos que Lenman manejaba a la perfección el hardcore punk con estribillos adictivos, pero es que ahora parece disfrutar también con la electrónica, el folk, el swing y otros muchos estilos.
Solo un año después del brillante Shuffle, un largo de versiones irreconocibles, Lenman se marca un back to basics en toda regla que hará las delicias de los viejos seguidores de Reuben por temas certeros y pegadizos como ‘Summer Of Discontent (the future is dead)’, escogido primer adelanto y convertido en la banda sonora perfecta del pasado verano, el primero de la era Covid. Sin duda, ese corte, con ecos a Rage Against the Machine, es una de las piezas más políticas y comprometidas de Lenman en mucho tiempo.
El título King Of Clubs puede sonar presuntuoso si pensamos que hace referencia a la figura de Lenman, pero en realidad es un homenaje a las salas pequeñas de conciertos, algo que desde hace unos meses estamos echando mucho de menos los adictos a la música en vivo. En cualquier caso, este trabajo producido por su viejo amigo Space (Idles, Black Futures) contiene siete temas con ecos a los mejores Reuben, con riffs musculosos, líneas de bajo salvajes y una de las gargantas más privilegiadas de las últimas décadas. ‘Sleep Mission’ y ‘I Don’t Wanna Be Your Friend’ son dos buenos ejemplos, y ‘The Road To Right’ bien podría haber formado parte de aquel In Nothing We Trust.
El corte que da nombre al disco cierra este mini-album -y tal vez su primera etapa en solitario- en clave post rock instrumental y una progresión fascinante. Sólo se me ocurre una pega y es la corta duración de este trabajo.
LUIS BENAVIDES