Llegó ese momento en el que Jamie Lenman ya ha publicado más discos en solitario que con los míticos Reuben, responsables de esa trilogía para enmarcar –Racecar Is Racecar Backwards, Very Fast Very Dangerous y In Nothing We Trust– que nunca nos cansaremos de recomendar.
Con Reuben en hiato indefinido desde 2008, muchos seguimos con devoción el proyecto en solitario de su guitarra y principal compositor. Merece la pena recordar que su primera entrega fue un ambicioso disco doble titulado Muscle Memory; doble porque en una mitad reunía piezas extremas, de post hardcore y punk metalizado, y en la otra se rendía a su lado más accesible y pop pero en clave folk y jazz. Después llegaron discos digamos más convencionales y seguramente irregulares como Devolver y King Of Clubs y el disco de versiones irreconocibles Shuffle.
El brillante legado de Reuben, ese power trio de los primeros dosmiles, pesaba mucho incluso para su líder indiscutible, un hitmaker excepcional como Jamie Lenman, que ahora sí parece haber recuperado toda su magia. Y es que en el presente The Atheist, su cuarto álbum de estudio (quinto si contamos el de versiones), firma algunas de sus mejores canciones hasta la fecha. En este disco ya no solo encontramos buenos riffs, guitarras fibrosas, berridos marca de la casa, harmonías curiosas… Esto va de canciones redondas.
Leía en una entrevista que Lenman amaba a Queen cuando era un renacuajo, que ya luego le volaron la cabeza bandas como Nirvana, que a su vez le acercaron al posthardcore. Con The Atheist le apetecía recuperar el espíritu de la superbanda británica y prueba de ello es ‘Lena Don’t Leave Me’, una declaración de amor a su pareja desde hace 20 años aderezado con un solo de guitarra de la escuela May.
Ciertamente este nuevo trabajo muestra el lado más amable y sobre todo accesible del músico de Surrey. En el primer adelanto, ‘Talk Hard’, puede recordar a los mismísimos Weezer más azucarados y no puedo evitar pensar en Biffy Clyro cuando explota la preciosa ‘Hospital Tree’, una balada dedicada a los sanitarios del servicio nacional de salud (NHS) que se dejaron la piel por los demás antes, durante y después de la pandemia (“Anything you ever need, I’ll come running”).
Grabado en The Chapel Studios con Mark Roberts (Delta Sleep, Black Peaks) a los mandos y con su amigo Sean Genockey a la batería, The Atheist reúne una pila de temas de rock alternativo e indie rock inspirados en los que Lenman vuelve a maravillar. Da igual si es un tema macarra como ‘This Is All There Is’, un medio tiempo melancólico como ’Bad Friend’ o una pieza progresiva con tintes industriales como ‘War Of Doubt’, Lenman brilla como nunca.
LUIS BENAVIDES