El ser humano es capaz de adaptarse incluso a las peores circunstancias y convertirla en una normalidad soportable. Basta poner la lupa en cualquier país en guerra y ver que, de un modo u otro, la vida sigue su curso. Y del mismo modo lo hace la carrera de los ucranianos Jinjer.
Pese a todas las dificultades que ha supuesto la invasión rusa, tanto práctica como emocionalmente, el cuarteto se las ha apañado para componer, grabar y publicar su quinto disco. Cierto es que la vocalista Tatiana Shmayluk lleva unos años viviendo en California junto a su marido Alex Lopez (antiguo batería de Suicide Silence y actualmente en P.O.D.), pero el resto del grupo sigue teniendo la residencia en Kiev cuando no están de gira. Y aún así, Duél no es un alegato anti-belicista, ni once canciones cagándose en Putin.
Sorprendentemente, aunque el conflicto bélico sobrevuela por todo el álbum desde su misma portada, solo ‘Rogue’ es un ataque directo al dictador ruso con versos como «Coleccionar sangre es su ambición» o «cada decisión despreciable, activa a sus terribles guerreros». En el resto, Shmayluk aborda otro tipo de batallas desde las adicciones (‘Green Serpent’), el feminismo (‘Someone’s Daughter) o contra uno mismo (‘Fast Draw’, ‘Duél’). Quizá Jinjer no han querido alinear a los fans que comparten con Slipknot o Disturbed, o quizá no quieren que la guerra defina su existencia, pero, al menos yo, esperaba un poco más de carga política dado el contexto.
Donde Jinjer cumplen con las expectativas es en lo musical. Los instrumentistas -el guitarrista Roman Ibramkhalilov, el bajista Eugene Abdukhanov y el batería Vlad Ulasevich- ponen de relieve su gran técnica, combinando contundentes riffs y ritmos complejos -la inicial ‘Tantrum’ o la citada ‘Rogue’ son dos portentos- y esos toques progresivos que les caracterizan (‘Dark Bile’), sin llegar a agobiar. Pero está claro que sin desmerecer en absoluto a sus compañeros (ni al de su productor Max Morton), si Jinjer han llegado tan lejos es por Tatiana. Es ella quien aporta el factor humano y emocional con unas interpretaciones vocales que son igual de eficaces cuando usa guturales que cuando canta limpio (en ‘Tumbleweed’ toma una melodía oriental que recuerda a Serj Tankian de System Of A Down).
Quienes les hayan seguido hasta aquí no le sorprenderá nada de lo descrito, pero más que romper o epatar, Duél es una nueva confirmación de su buen hacer. Seguro que Spiritbox se llevarán la fama, pero Jinjer siguen cardando la lana.
DAVID GARCELL