Por fin tenemos en nuestras manos la tercera entrega de canciones del hombre que redefinió el género de terror a finales de los 70 y principios de los 80. Todos en pie para recibir a The Master of Horror.
Durante esta última década de retiro cinematográfico, John Carpenter ha estado ocupado gestionando su obra, con absoluto control creativo, a través de la editorial Stormking Comics y el sello discográfico Sacred Bones. Y es que es imposible desvincular, en este caso, al director del compositor. Si sus películas nos han dejado una serie de imágenes aterradoras e impactantes, la rotundidad y precisión de la música que las acompañaba han perdurado de la misma forma, como pudimos apreciar en la serie de conciertos que realizó en los últimos años, donde intercalaba proyecciones acompañando a los temas.
La banda que lo acompañó en sus directos, con su hijo Cody Carpenter y su ahijado Daniel Davies, es la misma que ha participado en los tres volúmenes de Lost Themes lanzados hasta la fecha, cumpliendo la misión de envolver con una banda orgánica las piezas con sintetizador que compone el maestro.
‘Alive After Death’ abre el disco con un solo de guitarra que suena más 80’s que The Weeknd invitando a Dua Lipa a ver Stranger Things en un sofá de escay. ‘Weeping Ghost’ sigue esa línea de main theme macarra, un tema muy marca de la casa. Mi parte favorita del álbum la conforman la tercera y cuarta canción, dos pasajes que nos recuerdan a Baladamenti o a algunos cortes instrumentales de The Fragile de NIN, además de dotar al álbum de una coherencia en los tempos evitando que parezca un mero recopilatorio de temas de bandas sonoras.
‘Vampire’s Touch’ nos devuelve al Carpenter más chulazo, en la canción donde mejor mezclan los sintetizadores y los guitarrazos de todo el disco, con permiso de la hipnótica ‘Skeleton’ y la sleazy ‘The Dead Walk’. En ‘Cemetery’ el protagonismo recae sobre las percusiones electrónicas, en uno de los temas menos acertados junto al más que olvidable último corte.
Si el gran handicap de la serie Lost Themes es no disponer de imágenes que acompañen las canciones, esta tercera entrega cuenta con la ventaja de servir como banda sonora a la mayor y más global película de terror que nuestra generación haya vivido. Quizá más que nunca, necesitamos a John Carpenter y Stephen King para seguir poniendo letra y música a nuestras pesadillas.
LLUÍS PUEBLA