Cuando Barry Johnson y Chase Knobbe empezaron a juntarse con sus guitarras y unas cervezas poco podían imaginarse que acabarían formando una banda que ficharía por el sello de un Bad Religion y giraría con sus admirados Descendents. Ni en sus mejores sueños. El presente Songs From Northern Torrance, lanzado cual premio de consolación para sus seguidores tras el aplazamiento de buena parte de su gira veraniega, les devuelve a esos comienzos de Joyce Manor.
En estos diez cortes grabados durante los primeros cuatro años de existencia de la banda encontramos su versión más pura, su lado más primitivo; nada que ver con las producciones pulidas —véanse los últimos Cody y Million Dollars to Kill Me— que les han consagrado como los nuevos reyes del emo pop punk.
Songs From Northern Torrance muestra además que tenían claro lo que querían hacer desde el primer momento. Bajo la influencia de de Against Me!, Jawbreaker y los primeros Blink 182 —la absurda ‘Do Fish Have Periods?’, aquí recuperada como ‘DFHP?’, bien podría ser de Tom DeLonge y compañía—, encontraron su propia fórmula sin inventar nada.
En ‘Danke Scheon’ y ‘Who Gave You A Baby’, con las acústicas como instrumento principal, Joyce Manor ya mostraban una buena puntería melódica y dominaban como nadie el arte de la concreción. En un minuto y medio, si no menos, son capaces de contar una historia y tocarte la fibra.
La gran mayoría de los cortes no son propiamente inéditos. ’Constant Nothing’ y ‘Leather Jacket’, aunque también fueron concebidos en esa primera etapa de la banda, cuando no tenían sello y tocaban en centros juveniles y garajes, fueron regrabados e incluidos en su disco homónimo del 2011. El resto apareció en referencias tan pretéritas como una demo del 2009 -la inicial ‘Housewarming Party’ y ‘Fuck Koalacaust’-, y la maqueta Ew Gross – la energética ‘Chumped’, originalmente ‘Chumped On A Bus’- del mismo año. En este sentido, el disco funciona como compilación de los primeros pasos de una banda de éxito orgullosa de sus orígenes.
LUIS BENAVIDES
