Fin de semana negro para el mundo de la música. Si el viernes, trascendía la muerte de Frankie Banali de Quiet Riot, en los días siguientes hemos visto como tres artistas más nos dejaban.

Hace apenas unas horas se confirmaba la muerte del cantautor Justin Townes Earle a los 38 años. Por ahora no se ha revelado la causa de la muerte del hijo de Steve Earle, pero el músico arrastraba problemas de adicción desde la adolescencia. Justin dio sus primeros pasos en grupos como Swindlers y Distributors, y también formó parte de la banda de su padre, The Dukes. En 2007 inició una carrera en solitario que culminó el año pasado con el disco The Saint Of Lost Causes.

El sábado también fallecía Walter Lure, guitarrista de Johnny Thunders And The Heartbreakers, a los 71 años. Al músico le habían diagnosticado un cáncer de hígado y pulmonar el pasado julio.

Lure grabó el mítico y único álbum de los Hearbreakers, L.A.M.F., publicado en 1977, aunque dejó la banda poco después. A lo largo de los años se reunió con ellos en varias ocasiones hasta la muerte de Thunders en 1991. En 2018 publicó sacó su último disco con su banda The Waldos, y a principios de este año publicó sus memorias To Hell And Back: My Life In Johnny Thunders’ Heartbreakers, In The Words Of The Last Man Standing.

También el sábado nos enterábamos de la muerte de Jack Sherman, ex guitarrista de Red Hot Chili Peppers, a los 64 años. En su caso tampoco se ha revelado la causa de la muerte.

Sherman se unió a los Peppers en diciembre de 1983 tras la salida de su guitarrista fundador Hillel Slovak. Con ellos grabó su debut homónimo de 1984 y compuso buena parte de su segundo trabajo, Freaky Styley, pero le despidieron antes de su grabación cuando Slovak decidió volver en 1985. Posteriormente haría algunas aportaciones en The Abbey Road EP y Mother’s Milk, y participaría en discos como Knocked Out Loaded de Bob Dylan o R&B Skeletons In The Closet de George Clinton.