Killswitch Engage son la banda perfecta para aquellas personas que prefieren la estabilidad ante todo y a las que cualquier cambio en su rutina les provoca ansiedad. Así que si eres de esos, tranquilo porque su octavo disco suena exactamente como te imaginas.
Cada uno juzgará si eso es bueno o malo, pero lo cierto es que les funciona y que pocas bandas han logrado refinar tanto la fórmula del metal comercial como ellos. Pese a que la grabación de este disco no haya estado exenta de problemas -Jesse Leach tuvo que operarse su garganta y estuvo varios meses recuperándose-, en Atonement nos encontramos a una banda con el brío suficiente para hacer que el material cobre vida cuando brota de los altavoces.
Como siempre, sus temas alternan las partes brutales y las diabluras técnicas de los guitarristas Adam Dutkiewicz y Joel Stroetzel con secciones muy melódicas que convierten cada tema en un candidato a single. Las únicas variaciones las encontramos en los tempos: a veces tiran más hacia la velocidad del thrash como en ‘The Crowless King’, en la que participa Chuck Billy de Testament, o ‘Bite The Hand That Feeds’, y otras se sostienen en un balanceo más reposado como en ‘Us Against The World’ o ‘I Am Broken Too’ donde se acercan peligrosamente a los All That Remains más melosos. O en el caso de ‘Ravoneus’ las van combinando en un mismo tema. Conservadores, pero efectivos.
‘As Sure As The Sun Will Rise’ y ‘I Can’t Be The Only One’ son otros ejemplos de ese metal para todos los públicos que In Flames llevan persiguiendo desde hace años, pero que en ellos suena más natural. Entre lo más destacable estaría ‘Know Your Enemy’, con un riff en el pre-estribillo a lo ‘Cowboys From Hell’ de Pantera y un solo sacado del libro de estilo de Iron Maiden, y ‘The Signal Fire’ en la que podemos escuchar a Leach y su antecesor Howard Jones intercambiando versos.
Se hace difícil pensar que algún día vuelvan a impactarnos como en los tiempos Alive Or Just Breathing o The End Of Heartache, pero, al menos, desde la vuelta de Leach han recuperado parte de la inspiración que cuando sacaron su disco homónimo en 2009 parecía agotada.
DAVID GARCELL