Hubiera sido bastante injusto que en esta época de empoderamiento de la mujer, L7 no hubieran tenido la oportunidad de hacer escuchar su voz. Aunque en los 90 no estuvieran tan implicadas políticamente como otras bandas de riot grrrls, es indudable que tuvieron un papel destacado y promovieron iniciativas importantes como el Rock For Choice, en favor del derecho al aborto, a pesar de que su filosofía fuera más la de rockear y divertirse. Al igual que Joan Jett, quien les publica este nuevo disco en su sello Blackheart Records, L7 fueron y son significativas simplemente por existir.
Con ese mismo espíritu, entre concienciado y descerebrado, las cuatro californianas nos entregan Scatter The Rats, su primer álbum en 20 años, después de haber estado demostrando en los últimos cinco que en directo todavía podían sonar como un cañón. Como ocurre con cualquier banda que regresa después de una ausencia tan prolongada (Pixies, American Football… veremos que pasa con Tool) es imposible que consigan un impacto cultural como el que tuvieron en su primera etapa, pero lo mínimo exigible es que presenten unas cuantas buenas canciones en las que reconozcamos su esencia.
Desde esa perspectiva, Scatter The Rats cumple el propósito, aunque no vaya a pasar a la historia como uno de sus mejores trabajos. La cosa empieza y termina estupendamente con la pegadiza ‘Burn Baby’ y la más oscura ‘Scatter The Rats’, dos temas que engloban lo mejor que L7 son capaces de hacer. Entre medio hay un poco de todo, desde riffs bien musculados (‘Proto Prototype’, ‘Ouija Board Lies’, ‘Cool About Easy’), acercamientos al punk rock (‘Stadium West’, ‘Garbage Truck’), algún experimento como la bluesy ‘Murky Water Cafe’ -cantada por la guitarrista Suzi Gardner- o el folk pop de ‘Holding Pattern’. No todos los temas son brillantes y la voz de Donita Sparks ha perdido algo de cuerpo, pero la actitud sigue estando ahí.
JORDI MEYA