Si el punk es sinónimo de provocación, o al menos así era en sus orígenes, entonces La Inquisición son los putos amos del tema. Empezando por el nombre que decidieron ponerle a la banda tras la disolución de Secret Army, hasta llegar a Tenevrae, su segundo LP. Porque a ver quién tiene los huevos de publicar su disco un 20-N y poner letra a ‘El Himno De España’… Pura provocación.
El cuarteto de Barcelona sigue con sus costumbres: en el álbum no aparece ninguna foto del grupo, ni tampoco indican los nombres de sus componentes (sólo en su primer EP de presentación lo hicieron), vuelven a dedicar una canción a un mes del año (en este caso le toca el turno a ‘Septiembre’, después de ‘Febrero’, ‘Abril’ y ‘Octubre’) y las letras siguen estando cargadas de poesía existencialista en un contexto de decadencia urbana. Donde sí que he notado una mejora sustancial respecto a los 2 EPs y al anterior LP, titulado Lux, es en el sonido: no en vano, Tenevrae ha sido masterizado en The Blasting Room de Colorado por el maestro Jason Livermore.
Y es que el disco empieza fuerte con un riff 100% Montoro, poco después se suma la potente sección rítmica de Willy y Cirro, y a continuación Rubén empieza a cantar y a sentar cátedra con sus estribillos lapidarios que me parecen ideales para quedar grabados en muchos epitafios. ‘Stella Maris’ es la primera de nueve composiciones excelentes que forman un álbum muy equilibrado, compacto y sin altibajos; son todo altos, y la mejor señal de que estamos escuchando un trabajo formidable es que se hace aún más corto de los 25 minutos que dura.
Ahora el problema lo tienen ellos porque con estas nueve canciones nuevas han compuesto ya veintiocho que son brutales, así que no sé cómo decidirán cuáles descartar de cara a preparar su próximo repertorio en directo. Por mi parte espero que no se les acabe la inspiración y que la fórmula de La Inquisición siga funcionando por muchos discos más.
JORDIAN FO