Ayer se cumplieron 25 años de la muerte de Bradley Nowell, el cantante y guitarrista de Sublime, y como era de esperar muy poca gente se ha acordado de él. Aquel fatídico 25 de mayo de 1996, no sólo acabó con su vida con apenas 28 años, sino que truncó de cuajo la carrera de un grupo que estaba destinado a grandes cosas.
Siete días después de haberse casado, y justo el día en el que iban a empezar una gira por California, el batería Bud Gaugh encontró a a Nowell tirado al lado de su cama por una sobredosis de heroína en la habitación de un hotel en San Francisco donde se alojaban. A pesar de que cuando llegó la ambulancia, intentaron reanimarlo, se dieron cuenta que llevaba muerto varias horas.
Su tercer disco, Sublime, se publicaría de forma póstuma en julio de ese año, y se convirtió en uno de los grandes éxitos del momento vendiendo cinco millones de copias, gracias a canciones como ‘Wrong Way’ o ‘Santeria’, que fue lanzada como single en enero de 1997.