A raíz de la noticia ayer por la noche de la muerte Joey Jordison -que no me esperaba, pero que confieso que tampoco me sorprendió-, intenté recordar cuál había sido la primera vez que escuché a Slipknot.

Y aunque no lo puedo asegurar al 100%, estoy bastante convencido que fue en verano de 1999 cuando por primera vez escuché ‘Wait And Bleed’, el primer single de su debut homónimo. El tema, una composición de Jordison y Corey Taylor, combinaba con total acierto la brutalidad que caracterizaba la música de los de Iowa con una estribillo melódico al cual era muy difícil de resistirse.

Si a eso le añadimos un efectista videoclip construido a partir de imágenes en directo grabadas en el Ozzfest 99 -festival que les sirvió de auténtica catapulta- es fácil entender por qué en pocos meses todos estábamos fascinados con esta panda de enmascarados.