Mala noticia para la música en directo en Barcelona. La sala Bóveda, con más de 30 años de actividad, se ha visto obligada a cancelar la programación de todos sus conciertos, casi 80 en los próximos meses, de forma inmediata.

Según ha explicado la sala en un comunicado, el motivo es la queja de un sujeto que se instaló en la zona, en el barrio de Poble Nou, durante la pandemia y que ha utilizado un bajo comercial para hacer alojamientos turísticos «sin estar claro que tenga el permiso para ello». Su denuncia por ruidos ha derivado en una orden de precinto que se ejecutará el 26 de noviembre.

La situación es aún más inverosímil, teniendo en cuenta que los vecinos que conviven con la sala 1992 han firmado un documento en el que aseguran que nunca han sufrido molestias.

Este caso pone de relieve una vez más los efectos dañinos que provoca la voraz industria turística para los vecinos de la ciudad, afectando su derecho a la cultura.

La sala, junto a ASACC (Associació de Sales de Catalunya), va a luchar para revertir está situación, o al menos salvar las sesiones de discoteca. Esperemos que la administración recapacite y la música en directo recupere un espacio que nunca debería haber perdido.

Este es el comunicado íntegro:

«Como la mayoría de vosotros ya sabéis, Sala Bóveda tiene que parar inmediatamente de hacer conciertos por orden administrativa. Sobra decir lo difícil que esta siendo para todos nosotros afrontar este duro golpe, ante una situación que consideramos del todo injusta.

Una medida de este tipo tiene más consecuencias de las que puede parecer en un principio. Es mucha gente la que queda afectada por una medida de este tipo. Trabajadores de la sala que lo han dado todo durante estos años y que de la noche a la mañana se quedan sin trabajar, cientos de músicos y promotores -teníamos programados 78 conciertos durante los próximos meses- a los que les va a ser muy difícil reprogramar sus conciertos en otras salas en las fechas que tenían reservadas, con el consecuente impacto económico – y moral- que ello representa.

Nos gustaría agradecer primero de todo la maravillosa respuesta que hemos tenido de todos estos músicos y promotores cuando les hemos comunicado la noticia. Todos y cada uno de ellos nos han dado sus ánimos y han puesto por encima su empatía respecto a la sala, que el daño individual que les supone a cada uno de ellos. Es algo que nos ha emocionado y es la única parte positiva que hemos sacado de todo esto. Tampoco queremos pasar por alto los cientos de mensajes que por redes o de manera individual nos han llegado estas últimas 24 horas. También agradecer a las diferentes asociaciones que luchan por que haya cultura de música en directo y un ocio nocturno justo – Associació de Sales de Concerts de Catalunya (ASACC), Federación Catalana de Locales de Ocio Nocturno (FECALON) y El Gremi de Discoteques de Barcelona- que han estado de nuestro lado desde el primer momento. Esto nos ayuda a luchar con más fuerza para revertir esta difícil situación.

El motivo por el cual la sala cierra su actividad de música en directo vienen por un vecino que llegó durante la pandemia y que nos ha hecho la vida imposible desde el primer momento, con pocas intenciones de colaborar y solucionar el problema. En los más de 30 años que lleva la sala abierta, primero como Mephisto y después como Bóveda, nunca ha existido ningún problema con los vecinos. La relación siempre ha sido excelente y nuestras puertas siempre han estado abiertas para ellos. La sala siempre ha tenido como prioridad no causar ningún problema y estos 30 años sin incidentes lo demuestran. La ironía total de la situación viene de que este vecino no vive allí, que ha utilizado un bajo comercial para hacer alojamientos turísticos alquilando habitaciones sin estar claro que tenga el permiso para ello.

Cuesta entender como la administración está permitiendo ejercer esta actividad y más cuando los vecinos del inmueble no han sido consultados para ello ni, por supuesto, haber dado su aprobación. Esto sí que está les está creando un problema con el constante ir y venir de gente, fiestas y ruidos durante horas intempestivas. La sala ya ha puesto en marcha una denuncia contra esta situación. ASACC emitirá hoy mismo también un comunicado, explicando esta situación de una manera más concreta y técnica.

Ahora la prioridad de Bóveda es intentar salvar el cierre total de la sala, previsto para el martes 26, es que la sesión de noche pueda continuar. Para intentar explicarlo de manera sencilla los equipos de sonido de directo y de noche son distintos. En los conciertos hay ciertas puntas de sonido -cajas de batería, distorsiones, bajos saturados o el mismo público cantando o aplaudiendo- que hace que en algún momento se pase el límite establecido. Como hemos dejado claro, esto nunca ha supuesto ningún problema para nadie hasta la llegada de este vecino. El equipo de sesión de noche no tiene este tipo de problemas, de ahí que la actividad nocturna se pueda desarrollar sin problemas. Pero para que esta actividad pueda continuar, la primera medida pasa por parar de momento los conciertos.

A partir de ahora se inicia una lucha que será larga para volver a donde estábamos. Gran parte de la razón de ser de Bóveda es la música en directo y quedarnos sin ello es arrancarnos una parte de nosotros. Reiterar de nuevo nuestro agradecimiento ante el apoyo que hemos recibido y que nadie duda que la lucha para volver a tener música empieza desde este mismo instante.

¡Larga Vida a Bóveda!»