En términos de grandeza, sólo hay una cosa por encima de las croquetas, la cerveza y el heavy metal: Immortal. Dentro de la cabeza pensante de Lamp Of Murmuur también deben ir por ahí los tiros, porque Saturnian Bloodstorm, su tercer álbum, el del asalto a los circuitos serios, es un homenaje en toda regla a los noruegos, y no a una época cualquiera suya precisamente…
Nada más desplegarse la épica de ‘Conqueror Beyond The Frenzied Fog’ es muy complicado no acordarse de At The Heart Of Winter o la era Tägtgren, y cuando toma las riendas la velocidad de ‘Hymns Of Death, Rays Of Might’ uno comprende que no son imaginaciones suyas. Al fin y al cabo, si se atiende como corresponde a Heir Of Ecliptical Romanticism, su debut en largo, ya mucho de su riffing es Immortal, aunque ande sepultado entre la mugre del raw black.
Es ‘In Communion With The Wintermoon’ el más claro ejemplo de todo lo argumentado. Ya desde su mismo título parece un tributo absoluto a la leyenda ahora sólo dominada por Demonaz. Y su desarrollo no defrauda, por supuesto… Entendedme: este disco me ha convencido (y flipado en bastantes instantes), pero más por mi fanatismo desmedido hacia Immortal que por la inspiración de unas canciones que, con la mano en el corazón, puede que se hayan pasado tres pueblos homenajeando a los escandinavos.
El tema homónimo es el que cierra, con sus más de 9 minutos, y en su calidad y poderío quizá teníamos el camino para subir de estatus a este trabajo, porque también es el más personal, en el que esta one-man band saca lo que lleva dentro más allá de guiños e influencias.
En Saturnian Bloodstorm ya no hay dark ambient disonante, ni ecos góticos, y el sonido es pulcro y apto para cualquier oído, curtido o novicio en esto del extremo. Imagino que forma parte del plan maestro de M., porque esta depuración ha llegado de la mano de su fichaje por Doomstar Bookings y de confirmaciones en carteles como el de Brutal Assault. Digo yo que, con esto de la música, de alguna manera hay que intentar llevarse un mendrugo de pan a la boca al final del día…
PAU NAVARRA