Aunque admito que hay veces en las que me pone de muy mala leche, también hay ocasiones en las que me encanta ver como los grupos se atreven a destruir cualquier idea preestablecida que tuvieses de ellos. Sorprender al espectador, en definitiva. El caso del nuevo álbum de Le Voyeur es un ejemplo perfecto.
Con Episodio Aparantemente Letal, el combo encabezado por Miguel Marcos se estableció en las coordenadas del post punk cercano al Nick Cave primigenio (en sus comienzos como Le Voyeur Méndez el referente era Tom Waits) con un universo lírico de lo más particular. Tres años más tarde llega un Popnografía con aires de reinvención y ganas de derribar cual castillo de naipes todo lo que creíamos conocer sobre ellos. Sus característicos textos existencialistas han dado el salto a la pista de baile en un juego de doble sentidos de lo más astuto. Sí, los teclados y sintetizadores están situados en primera línea de batalla ganando la partida a las guitarras en muchos momentos. Pero todo ello queda al servicio de unas letras hiladas con la fina aguja de la ironía.
Títulos como ‘Los Días Inertes’, ‘Democracía’ o la casi kraftwerkiana ‘Esclavos Del Pop’ guardan un mensaje afilado en forma de ataque frontal a la religión, la cultura del consumo rápido y la sociedad en general a través de un arsenal de referentes populares inabarcable. La clausura a ritmo del jazz cabaretero de ‘Disculpen Las Molestias’ no podría ser una despedida más elegante. Ahí reside la inteligencia de un trabajo que, a poco que te atrevas a rascar sobre su superficie, descubrirás que esconde mucho más de lo que aparenta.
GONZALO PUEBLA
