A estas alturas creo que ya nadie puede negar que el regreso de Linkin Park está siendo todo un éxito. Dejando de lado aquellos que no aceptan, ni nunca aceptarán, que la banda haya decidido seguir adelante sin Chester Bennington, y toda la polémica que ha generado la figura de Emily Armstrong por sus lazos con la Cienciología, es evidente que la mayoría de sus fans ha asumido que había llegado el momento de pasar página y empezar un nuevo capítulo. Lo único que podía estropearlo es que su nuevo disco fuera realmente malo…
Ahora parece que nos hayamos olvidado -ya se sabe que la memoria es selectiva y más cuando hay una tragedia por medio-, pero veníamos de que su último álbum One More Light (2017) fuera bastante mal recibido (a día de hoy ostenta un 46 sobre 100 en Metacritic) por su descarado acercamiento al pop. Nunca sabremos qué disco hubieran hecho si Chester estuviera vivo, pero escuchando From Zero parece claro que al menos el resto estaban dispuestos a rectificar y volver al sonido más clásico de Linkin Park.
Y es que lo más sorprendente de este nuevo álbum es que a pesar de tratarse de una nueva etapa, con dos nuevos componentes (también han incorporado al batería Colin Brittain), todo suena inmediatamente familiar: los riffs, los elementos electrónicos, los scratches y, naturalmente, la alternancia de las voces… No hay dudas: esto es Linkin Park.
A ratos parece que el grupo haga guiños directos a su pasado -‘Heavy Is The Crown’ tiene algo ‘Faint’ y la cadencia sincopada de ‘Cut The Bridge’ de ‘Bleed It Out’-, por no hablar de la manera en la que Emily alarga raspando algunas palabras clave con un estilo muy parecido al de Chester. En el coro de ‘Two Faced’, un tema que parece salido de Hybrid Theory, cuando canta «caught in the middleeeee» y «countin’ to zeroooo», o en el de ‘IGYEIH’ se demuestra lo listos que han sido eligiendo a una mujer; lo que en boca de un vocalista masculino sonaría como una imitación pobre, en ella tiene un punto más fresco. Y ya que nos centramos en Emily, su versatilidad la hace brillar tanto en los momentos más agresivos como en los más melódicos, y sirve como perfecto complemento a los rapeados de Mike Shinoda. Nada que objetar, la verdad.
Conceptualmente From Zero es muy parecido a Meteora, un disco corto (no llega a los 32 minutos) en el que la mayoría de temas son singles potenciales y buscan llegar al estribillo explosivo lo antes posible. Y hay que decir que aquí hay unos cuantos, desde el ya conocido e imbatible de ‘The Emptiness Machine’, a los más pop de ‘Stained’ (podría ser de Ace Of Base) o ‘Over Each Other’, o los citados de ‘Two Face’ y ‘Heavy Is The Crown’. Pese a su brevedad, Linkin Park tienen tiempo para irse a los extremos en la ultra metalera ‘Casualty’ (de lo más cañero que han hecho nunca) y ‘Overflow’, un tema una atmósfera dub pesada que se nota que ha salido de la mente de Shinoda.
Me cuesta pensar que alguien que en algún momento disfrutara de su música no vaya a encontrar en este disco algo que le agrade, ya que justamente parece diseñado para activar el sentimiento nostálgico del oyente. Pero posiblemente esa inmediatez sea su mayor virtud y, a la vez, su mayor defecto. From Zero se siente más como un producto calculado y muy bien facturado que no como una obra que nos cuente o explique por todo lo que ha pasado el grupo durante estos últimos años, o que aspire a innovar en cuanto a producción o sonido. Por eso su mayor riesgo es que tan fácilmente disfrutemos de esta batería de hits, como que nos olvidemos de ellos por su falta de profundidad. Eso sí, si algo demuestra es que los únicos que podían llenar el hueco que dejó Linkin Park eran ellos mismos.
JORDI MEYA