Cuando todavía no habían conseguido establecerse plenamente, pese a contar con dos muy buenos discos y un sonido apto para todos los públicos, Lonely The Brave recibieron un duro golpe con la salida del vocalista y fundador Dave Jakes en 2018. Mas teniendo en cuenta, que su gran voz era uno de sus elementos más destacables.
Pero con una moral digna del Alcoyano, pese a ser de Cambridge, la banda reclutó a Jack Bennett (Grumble Bee) como cantante, y ahora regresa con un tercer álbum en plena pandemia. Pese a un cambio tan significativo en la formación, quienes hubieran disfrutado con ellos en el pasado tiene garantizado seguir haciéndolo con las canciones de The Hope List. Bennett está dotado de una voz no muy alejada de la de su predecesor, aunque con menos tendencia a los eddievedderismos, que encaja a la perfección con la paleta sonora de la banda.
Sus canciones siguen evocando grandes espacios, con unos arpegios de guitarra que parecen propulsados por el eco. Esa amplitud, unida a la épica y una alta sensibilidad melódica, hace que no cueste nada imaginarse que un día temas como ‘Distant Light’, ‘Chasing Knives’ o ‘Keeper’ les lleven a dar el salto a la Premier del brit rock.
Sin embargo, si algo es meritorio de la banda es que pese a esa vocación de hacer rock para las masas, no buscan atajos, ni tiran de trucos fáciles como coros grandilocuentes o una producción ‘moderna’ como puedan haber caído en algún momento Biffy Clyro. Al contrario, su propuesta transmite cierta modestia, incluso frialdad, como si supieran que si un día tienen que triunfar, lo harán bajo sus propias condiciones. Veremos si sus esperanzas llegan a cumplirse
MARC LÓPEZ