Lorna Shore podrían haber sido una banda más en una escena tan saturada y estancada creativamente como es el deathcore. Pero desde la publicación de su anterior largo Immortal (2020) en el que demostraron una fuerza compositiva rutilante y sobre todo, a posteriori, con la incorporación del vocalista Will Ramos, tomaron un impulso que nadie se esperaba.
El EP… And I Return To Nothingless (2021) confirmaba ese ascenso y los colocaba en posiciones destacadas para ser la nueva banda a seguir en su estilo. Y así llegamos a la publicación de su nuevo álbum Pain Remains en el que se muestran omnipotentes y magnánimos. La vuelta de tuerca que han introducido a su sonido es jodidamente retorcida y grandilocuente. Los arreglos sinfónicos son mucho más protagonistas que en sus anteriores trabajos y la ejecución de la banda parece tocada por una varita mágica.
Riffs feroces, breakdowns imposibles, blast beats absurdos y una voz versátil que parece de otro planeta, combinando growls, guturales y registros cercanos al black metal, conforman una mezcla explosiva que muy pocos grupos pueden ejecutar. Es un cruce bastardo entre Carnifex y Dimmu Borgir que en ocasiones viaja por los rincones ambientales del black atmosférico.
Desarrollos largos y tenebrosos en el que la progresión entre lo rápido y los breakdowns más lentos como en la inicial ‘Welcome Back, O’Sleeping Dreamer’ o la speedica y más corta ‘Into the Earth’, demuestran de buenas a primeras que tu cerebro puede reventar en cualquier momento si intentas seguir la intensidad y la brutalidad aquí expuesta. Mención especial para esos arreglos orquestales presentes durante la hora que dura el álbum. Como los de inicio delicado sinfónico ‘Sun//Eater’, donde las cuerdas y los vientos capitanean un viaje a la caverna llena de blast beats, guitarras veloces, solos y los mil y un registros de voz se van a cebar con tus oídos hasta decir basta. Y el coro salido de la caverna de ‘Apotheosis’ que enseguida se ve engullido por la orquesta que da pie a otro festival musical de los de New Jersey. La hostia.
El tema ‘Pain Remains’, que dividido en tres partes entrelazadas cierra el álbum, muestra la magnitud colosal de este trabajo en el que toda la banda da lo mejor de sí, transitando por todos los estilos y registros que predominan en el disco en un desarrollo natural.
Afirmo, sin temor, que Lorna Shore es la banda deathcore más en forma del momento y con un futuro más que prometedor. A pesar de ser un disco denso y con multitud de arreglos sonando simultáneamente, la grabación suena transparente y ayuda a mostrar a estos titanes como una fuerza de la naturaleza incontrolable, e incluso en ocasiones su música parece incluso accesible -nada más lejos de la realidad-.
La evolución de esta banda ha sido meteórica, y la ascensión a las cotas más altas del metal extremo con su blackened deathcore sinfónico rápida y consistente. Ahora hay que ver la respuesta del público, de momento a la crítica parece que se la han metido en el bolsillo. Otra duda es cómo sonará todo esto en directo, porqué si en directo son igual de mortíferos que en disco estamos ante una banda de calibre mastodóntico.
JOAN CALDERON
