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Los mejores discos internacionales de 2020

En el año más extraño de nuestras vidas, la música ha sido una vez más el mejor refugio al que acudir. A continuación os ofrecemos la primera parte de nuestros 50 Mejores Discos de 2020, empezando por los creados por artistas internacionales.

Pese a que todo lo demás ha sido bastante mierdoso, no podemos quejarnos del nivel de los discos publicados en 2020. Desde artistas emergentes como Poppy o Higuer Power, a veteranos como AC/DC, Ozzy o Springsteen, a grupos que consolidan su estatus como King Gizzard & The Wizard Lizard, Idles o Touché Amoré, a inesperadas reapariciones como las de Mr. Bungle, Fiona Apple o X, ha quedado claro que pese a que el rock ya no ocupe el epicentro cultural de antaño, todavía es un vehículo totalmente válido para expresarse y conectar con el espíritu humano. La única lástima es que no hayamos podido disfrutar de estas nuevas creaciones en directo. Esperemos que en 2021 podamos empezar a disfrutar de las giras de cualquiera de quienes forman parte de esta selección. Empezando por…

30- GREG PUCIATO
Child Soldier: Creator Of God
(Federal Prisoner)

En sus 15 canciones (yo hubiera quitado alguna como ‘Fireflies’ o recortado los 6 minutos ‘Do You Need Me To Remind You?’), Greg Puciato cubre todo el espectro sonoro que pudiera haber entre el math metalcore de Dillinger y el electro pop de The Black Queen, e incluso un poquito más. Como si fuera el hijo bastardo de Mike Patton y Trent Reznor, incorpora elementos de rock industrial, metal, pop, trip hop, electrónica y hasta folk. El inicio con la delicadez acústica de ‘Heaven Of Stone’, donde suena como Elliott Smith, es realmente inesperado.

29- PEARS
Pears
(Fat Wreck Chords)

Ya en su anterior trabajo, Pears introducían numerosos giros repentinos y guiños a otros estilos y artistas. Aquí se multiplican estas benditas locuras con valientes incursiones en el heavy metal (‘Pepaw’), el progresivo (‘Worm’) y el indie rock (la estrofa de ‘Traveling time’ colaría en el repertorio de The Pixies) sin alejarse demasiado de su punk rock. Los más exigentes alucinarán con su pericia, digna de los míticos ALL (‘Zero Wheels’, ‘Dial Up’ y ‘Nervous’) y Rich Kids On LSD (¿’Rich To Rags’ es su particular homenaje?). Un disco sin complejos y muchos aciertos que va mucho más allá del sota, caballo y rey del género.

28- ENVY
The Crimson Fallen
(Pelagic Records)

En su primer disco en cinco años -en los que la banda ha pasado por varios cambios de formación, incluida la ida y vuelta de Fukagawa-, Envy no presentan nada especialmente novedoso, pero en lo suyo, siguen haciéndolo como los mejores. La base de su sonido sigue surgiendo de la fricción entre la belleza de sus cristalinos pasajes instrumentales y la rabia controlada de los arrebatos más duros. ‘Statement Of Freedom’, el tema que abre el disco o ‘A Step In The Morning Glow’, que lo cierra, son buenos ejemplos de esa fórmula que vienen puliendo desde los 90.

27- ORANSSI PAZUZU
Mestarin Kynsi
(Nuclear Blast)

Por muchas sustancias que le echen al caldero, por mucha politoxicomanía que desprendan estos seis temas, los norteños continúan siendo capaces de despedazarte cuando les place, como en la final y agobiante ‘Taivaan Portti’. Y eso por no hablar de las voces de Jun-His, ese diablo hippie del espacio exterior… Seguramente no estemos ante el disco más apropiado para afrontar un confinamiento, pero si cierras los ojos y expandes tu mente, en cuanto te atrape el tempranero mantra de ‘Ilmestys’ serás capaz de escapar de estas cuatro paredes, dejar atrás la claustrofobia y viajar hasta ahí donde te alcance la imaginación. ¿Quién necesita tripis pudiendo echar mano de la extravagante ‘Tyhjyyden Sakramentti’?

26- HAYLEY WILLIAMS
Petals For Armor
(Atlantic)

Vocalmente, la cantante de Paramore  suena más libre que nunca, al no tener que ceñirse a una melodía definida, encontrando nuevos matices como en ‘Cinnamon’ o ‘Creepin’, dos de los mejores temas. Jugueteando con singulares líneas de bajo, ligeros arpegios de guitarra, colchones de teclados, bases electrónicas y algunos elementos de R&B actual, la música llega a tus oídos casi flotando. Pero aunque su enfoque sea más experimental, canciones como ‘Dead Horse’, ‘Over Yet’ o ‘Pure Love’ demuestran que a Williams no se le ha olvidado cómo escribir un buen estribillo pop. Un debut en solitario arriesgado y valiente, que, de hecho, cuanto más lo es, más atractivo resulta.

25- HIGHER POWER
27 Miles Underwater
(Roadrunner)

Como todo buen segundo disco debería hacer, 27 Miles Underwater afianza la personalidad del quinteto de Leeds a la vez que muestra una versión mejorada de lo que ya habían ofrecido. Al igual que Turnstile al otro lado del océano o The Wax en nuestra tierra, Higher Power proporcionan al hardcore un nuevo aliento incorporando influencias del rock alternativo de finales de los 80 y los 90. ¿Quién podía imaginarse entonces que Jane’s Addiction se iban a convertir en una inspiración para una nueva generación de hardcoretas?

24- X
Alphabetland
(Fat Possum)

Uno de los mejores grupos alternativos de la historia saca su primer disco en 30 años, y aún manteniendo sus esencias, suena a 2020, al año de la jodida pandemia del coronavirus. Directo al corazón, sin subterfugios. Exene Cervenka y John Doe intercambiando sus voces en canciones que son pura artesanía en su lado melódico. Once canciones insufladas de personalidad para encarar tu presente sin miedo. Desde la primera canción, pasando por ‘Delta 88 Nightmare’ o ‘Cyrano deBerger’s Back’,  asistimos a un disco que nos dice: estamos vivos, estamos en el presente en forma, y eso es lo que importa.

23- MIDNIGHT
Rebirth Of Blasphemy
(Metal Blade)

El cuarto trabajo de Midnight aspira a todo sin renunciar a nada. Con el mismo enfoque primitivo de sus anteriores trabajos y esa actitud de no tomar prisioneros, estas diez canciones nos ofrecen una lluvia de hachas en toda regla. El arranque con ‘Fucking Speed And Darkness’ es potentísimo, una invitación al desmadre que sigue con el tema titular y ‘Escape The Grave’. Con su voz cavernaria y unos solos de guitarra que sacan chispas, Athenar lo da todo en cada segundo, lanzando misiles como ‘Raw Attack’ y ‘The Sounds Of Hell’ y sudando cerveza en ‘Devil’s Excrement’ o ‘You Can Drag Me Through Fire’ con la que termina el álbum por todo lo alto. Es heavy, es punk, es rock’n’roll.

22- IMPERIAL TRIUMPHANT
Alphaville
(Century Media)

Esto no es una obra black death con alguna pincelada jazz que, únicamente, les dé un aire cool. Alphaville, como su predecesor Vile Luxury, es exactamente black death vanguardista con jazz. Dadas las coordenadas, lo de ‘técnico’ se da por sentado. Las cucharadas de cada estilo están meticulosamente calculadas, la fórmula del trío es puntillosa y minuciosa, y de esta manera, consiguen lo más complicado: que estas siete canciones, más dos covers, se sucedan de forma natural, sin sonar nada forzadas. Los John Zorn del metal extremo actual.

21- METZ
Atlas Vending
(Sub Pop/Popstock!)

Atlas Vending entronca directamente con su último largo hasta la fecha, Strange Peace, capturado en directo por el mítico Steve Albini en Chicago. En esta ocasión, los de Toronto -que debieron tomar muy buena nota de su experiencia con el líder de Shellac y Big Black- coproducen ellos mismos el disco junto a Ben Greenberg, de los ruidosos Uniform, consiguiendo un sonido más limpio, pero aún más enorme. Su cuarto trabajo de estudio eun ensayo sonoro sobre los rincones más sombríos y tristes de nuestra sociedad, de la ansiedad a la soledad pasando por la paranoia inducida por ciertos medios de comunicación.

20- KING GIZZARD & THE LIZARD WIZARD 
K.G.
(Flightless/Music As Usual)

Señores, estamos ante el decimosexto álbum de esta gente en ocho años y lejos de mostrar signos de agotamiento continúan sonando tan frescos como el día que les descubrimos. K.G. sintetiza buena parte de sus mejores cualidades. Aunque sea por un instante, han dejado aparcados los escarceos con el jazz, el folk-blues o el thrash metal, para recuperar su faceta más psicodélica. Si eres de los que tiene entre sus favoritos el citado Flying Microtonal Bananao Polygondwanaland, seguro que acabarás rindiéndote al ritmo abrasador de ‘Automation’ y ‘Some Of Us’ o a la lisergia seductora de ‘Straws In The Wind’ con el teclista Ambrose Kenny-Smith tomando las rienda como frontman.

19- AC/DC
Power Up
(Sony)

Por si alguien tenía alguna duda, en Power Up, AC/DC siguen sonando a AC/DC. Hasta diría que de los tres que les ha producido Brendan O’Brien de manera consecutiva, Power Up gana por puntos por su vitalidad. Pero pese a saber exactamente lo que te vas encontrar hay algo reconfortante en escuchar de nuevo la agrietada voz de Johnson, la tensión eléctrica de las guitarras de los Young, y ese maravilloso groove vacilón que consiguen Williams y Rudd. En un mundo lleno de interrogantes, al menos tenemos algunas certezas: la muerte, los impuestos y… AC/DC.

18- BIFFY CLYRO
A Celebration Of Endings
(Warner)

No voy a decir que con su nuevo álbum el trío escocés fuera a jugarse su futuro, porque su carrera ya está demasiada consolidada como para no poder superar un tropiezo, o dos, pero es evidente que era importante para mantener su reputación de banda prácticamente infalible. Pues bien, me alegra poder decir que con A Celebration Of Endings han superado el reto. Algunas veces he llegado a preguntarme si habrá un día que a Simon Neil, que al fin y al cabo es el motor creativo de la máquina, se le terminen las ideas, pero basta escuchar el primer tema, ‘North Of No South’, para comprobar que para nada. Quien les haya seguido desde que publicaron su debut Blackened Sky en 2002 sabe que hay muchos Biffy Clyro, y aquí están todos. Disfrutémoslos.

17- CHUBBY AND THE GANG
Speed Kills
(Partisan/PIAS)

Pongamos en un cocktail el pub rock y el punk con la mirada puesta en bandas como The Damned, Dr. Feelgood, Slaughter And The Dogs e incluso Motörhead, más una buena dosis de anfetaminas y speed y con esto ya podemos saber a qué suena
Speed Kills. Temazos repletos de intensidad y con vocación de himno como ‘Pariah Radio’, ‘Can’t Tell Me Nothing’ o ‘Moscow’. Y si bien tenemos un par de momentos de cierta tranquilidad con ‘Trouble’ o los aires post punk de ‘Grenfell Forever’, son simples trampas para volvernos a arrear un sopapo con la siguiente canción. Que alguien les monte una gira (cuando se pueda claro) junto a Amyl And The Sniffers, y entonces empezaremos a pensar que no todo está perdido.

16- ETERNAL CHAMPION
Ravening Iron 
(No Remorse)

El álbum de heavy metal undergroundmás esperado de la temporada, y casi que del último lustro. Y recalco la palabreja ‘underground’, que os conozco. El mismísimo Conan el Bárbaro te saluda desde un salón de oro en ‘A Face In The Glare’, una toma de contacto que no puede ser más satisfactoria. Por su parte, ‘Ravening Iron’ es la canción de trote moderado que debe, casi por ley, ser el segundo corte de un gran álbum de heavy. Un estribillo que es una delicia, que se te mete en la cabeza a la primera, y que con un sutil sintetizador te encandila y retrotrae a los 80. Afila la espada, que los estadounidenses van muy, muy fuertes.

15- BRUCE SPRINGSTEEN
Letter To You
(Columbia/Sony)

Springsteen sabe que llegado a los 70 la distancia respecto a un posible final se hace cada vez más corta, y que por ello es mejor disfrutar mientras aún quede tiempo. A esa razón obedece Letter To You, un trabajo que parece querer devolver a su banda de toda la vida la relevancia que había perdido últimamente en el estudio. Grabado en apenas cinco días a la vieja usanza con todo el grupo tocando en directo (algo que no ocurría desde Born In The USA), es un documento que certifica el compromiso de unos músicos que en realidad todavía siguen siendo una pequeña pandilla de colegas. Si Letter To You significa un hipotético último brindis junto a la E Street Band, desde luego no podría dejar mejor sabor de boca.

14- IDLES
Ultra Mono
(Partisan/PIAS)

Cualquier miedo que tuviera a que el éxito, insospechado, pero totalmente merecido, de su anterior Joy As An Act Of Resistance les hubiera domesticado, se desvanece por completo al escuchar el primer tema, ‘War’. Como un martillo pilón su ritmo te cruje por completo. Y la cosa no decae hasta el quinto tema con la totalmente inesperada intro de piano a cargo de Jaime Cullum (sí, no es una broma) en ‘Kill Them With Kidness’, aunque una vez arranca el tema, la banda vuelve a la bronca. Antes nos han sacudido con las brutas ‘Ground’, ‘Mr. Motivator’ (¿soy el único al que el estribillo le suena a Danko Jones?) y ‘Anxiety’. Puede que carezca de ese factor sorpresa de su anterior álbum, pero desde luego es un buenísimo sucesor. Su desbordante energía y mala baba te incitan a salir a la calle y quemarlo todo. O pegarte un tiro. Tú eliges

13- REVENGE
Strike.Smother.Dehumanize 
(Season Of Mist)

Strike.Smother.Dehumanize coincide con el 20 aniversario de la fundación de los canadienses. Como no podía ser de otra forma, en este nuevo agravio nos enfrentamos a otra tromba inclemente de ruidos excretados desde el más puro odio misantrópico, pero entre ese tumulto de alaridos histéricos e inhumanos, entre corrosivos solos que muerden sin ton ni son, esta vez Revenge nos asaltan con una altanería más machacona y punk que, de verdad, va a tener gravísimas consecuencias para tu salud. Prosigue esa iracunda cruzada que nunca llegaremos a comprender del todo. Estamos ante el combo que debería determinar qué es metal extremo y qué no lo es.

12- ELDER
Omens
(Stickman/Armageddon)

El quinto álbum de los de Boston es un nuevo paso adelante en su evolución. Basta darle una primera vuelta para darse cuenta de que su referencia editada en 2019 no fue un experimento puntual, ya que esos sonidos más ambientales han encontrado un espacio dentro de su discurso. Pero no se asusten, ya que el combo ha sabido encontrar el equilibrio entre sus diferentes sonidos. Y por supuesto, ahí Nick DiSalvo sigue cortando el bacalao como el guitar god que es. Quizás menos centrado en lucirse y más integrado con el resto de sus compañeros, pero igualmente en ‘In Procession’ y ‘Embers’ acaba imponiendo su ley. Lo han vuelto a hacer.

11- FIONA APPLE
Fetch The Bolt Cutters
(Epic)

Fetch The Bolt Clutters vendría ser la culminación de su visión artística. Grabado en su casa de Venice Beach con una pequeña banda de acompañamiento, su quinto álbum es lo más cerca que estaremos del interior de su fascinante cerebro. La propia casa se convierte en un instrumento más al lado de su piano, pudiendo escuchar sonidos de percusión construidos a partir de golpes en la pared, el suelo o lo que podría ser un cajón lleno de cubiertos. Incluso se oye el ladrido de sus perros. A menudo, como en la juguetona ‘For Her’, te sientes como si estuvieras en el interior de una fiesta montada por los fantasmas de quienes una vez habitaron allí. Y todo ello volviendo a demostrar su talento como gran creadora de melodías (‘Shameika’, ‘Relay’, ‘Heavy Ballon’) y una intérprete fuera de serie.

10- POPPY
I Disagree
(Sumerian Records)

Con una estética visual y musical pareja a la de Babymetal, esta chica de 25 años no entiende de géneros o límites y, como si tratara de la niña de El Exorcista, es capaz de cantar dulcemente al oído con una voz angelical para a continuación vomitarte encima con un chorro de distorsión. Su tercer álbum es un artefacto no apto para quienes no les gusten las sorpresas. Es algo que queda clarísimo desde la primera canción, ‘Concrete’, en la que cada estrofa cambia de registro: pasarás de un riff metalero, a una parte a lo Beatles, a un estribillo en clave K Pop, a unas guitarras en plan Queen. Una introducción perfecta lo que vendrá durante los siguientes 30 minutos.

9- CODE ORANGE
Underneath
(Roadrunner)

Pese a sus modestos inicios, cuando todavía se hacían llamar Code Orange Kids, la banda de Pittsburgh siempre ha dado la sensación de que aspiraba a más. Y bien, ¿dónde encaja Underneath en todo esto? Pues se hace difícil de decir. Artísticamente ofrece una experiencia intensa, interesante e inquietante, pero objetivamente cuesta imaginarlo desplazando de las listas a Five Finger Death Punch. Aunque algunas de sus canciones son las más melódicas que han hecho hasta ahora, caso de la propia ‘Underneath’, ‘Who Am I’ o ‘The Easy Way’, en las que suenan más como unos discípulos de Nine Inch Nails que de Converge, la banda ha optado por una producción abrasiva y ruidista, en la que los efectos te perforan el oído y entran a saco para irrumpir en lo que está sucediendo.

8- EMMA RUTH RUNDLE & THOU
May Our Chambers Be Full
(Sacred Bones)

De manera insólita, sin que ninguna de las dos partes haya renunciado a su personalidad, estas siete canciones consigue llegar a un territorio al que probablemente no habrían llegado por separado. Por un lado, la voz de Emma Ruth nunca había sonado rodeada de tanta distorsión, y la música de Thou no se había caracterizado precisamente con algo que pudiera ser considerado remotamente hermoso. Sin embargo, aquí los elementos que ambas partes aportan fluyen en perfecta armonía. Y pese a ser un álbum dominado por la oscuridad, May Our Chambers Be Full no es en absoluto impenetrable.

7- MR. BUNGLE
The Raging Wrath of The Easter Bunny Demo
(Ipecac)

Casi nadie hubiera apostado que 2020 nos iba a traer un nuevo disco de Mr. Bungle, y todavía menos que lo harían regrabando su primera maqueta de 1986 en la que mostraban su amor por el thrash y el crossover de la época. Escuchar ‘Sudden Death, o ‘Raping Your Mind’ es como estar bajando por una montaña rusa y notar como la gravedad desaparece debajo de tu culo mientras se te escapa una risa histérica. Teniendo en cuenta los personajes implicados, no sorprende que la ejecución sea técnicamente perfecta (se nota que Dave Lombardo se lo ha pasado de miedo), pero sí la complejidad de los temas teniendo en cuenta que salieron de las mentes de unos chavales de 16 y 17 años. Pero lo más satisfactorio es que 40 años después hayan podido sacar las ganas, rabia e ímpetu necesarios para que el material resulte absolutamente creíble y divertido.

6- OZZY OSBOURNE
Ordinary Man
(Epic)

En cierta manera, y salvando las distancias, Ordinary Man se empareja con 13, el álbum de despedida de Black Sabbath. Dos testamentos que miran con nostalgia unas carreras sin igual, pero con la dignidad de seguir todavía en pie y haciendo honor a su propia leyenda. El joven productor Andrew Watt ha sabido ir a la esencia del artista y ha creado un álbum que discurre todo el rato entre unos cuantos medio tiempos en los que Ozzy se mueve como pez en el agua. ‘Under The Graveyard’, ‘Holy For Tonight’ o ese emocionante ‘Ordinary Man’ junto a Elton John… temas que nos recuerdan a Sabbath caso de ‘Goodbye’ o ‘Eat Me’ –esa harmónica inicial nos devuelve a ‘The Wizard’ 50 años atrás- o simples rockers como ‘Scary Little Green Men’ o ‘It’s A Raid’. Un álbum que contra todo pronóstico cerrará la carrera de Ozzy Osbourne como se merece.

5- BRING ME THE HORIZON
Post Human: Survival Horror
(RCA/Sony)

Sé que son muchos los que hace tiempo que perdieron la fe en la banda, y no han superado su paulatino acercamiento al pop y la electrónica de los últimos años, pero incluso a ellos les recomendaría que escuchasen Post Human: Survival Horror porque se pueden llevar una sorpresa. Grabadas en plena pandemia y con colaboraciones de Yungblud, Babymetal, Nova Twins o Amy Lee de Evanescence, estas canciones apuntan a ser auténticos pepinazos en directo. No sabemos qué es lo que Bring Me The Horizon nos tienen preparados para los tres EP’s siguientes de la serie Post Human, pero desde luego por su imaginación, apertura de miras y efectividad, con esta primera entrega reclaman su puesto como una de las bandas más excitantes del momento.

4- BLACK CURSE
Endless Wound
(Sepulchral Voice)

Con peña de Blood Incantation, Spectral Voice o Primitive Man, ¿qué se podía esperar? Acoples, y en tromba que ‘Charnel Rift’ te arrebata toda dignidad. Eli Wendler está poseído por un ente de lo más perverso, durante el álbum de debut de Black Curse se muestra como un Attila Csihar torturado por la Inquisición. Parones doom ominosos, arrebatos de war metal totalmente insensatos, black death alevoso sin rasgo alguno de humanidad. Tremendo el destroce neuronal que ‘Enraptured By Decay’ puede provocarte, denunciable la humillación que ‘Seared Eyes’ significa, imposible ser más primitivo que ‘Lifeless Sanctum’. Y lo peor es que, con ‘Endless Wound’ y ‘Finality I Behold’, el disco va a más y debes reconocer que es jodidamente sobresaliente.

3- KVELERTAK
Splid
(Rise)

Splid es a la vez el álbum más punk y el más progresivo que Kvelertak han grabado hasta ahora. También el más rockero y el menos metal. El más callejero y el más épico. Un mundo de contrastes. De entrada parece que la influencia del hard rock escandinavo de los 90 haya ganado peso, como se hace patente en ‘Crack Of Doom’ (con Troy Sanders al estribillo y en la que estrenan en inglés), ‘Necrosoft’ o ‘Discord’, pero a su lado encontramos cosas como ‘Tevling’, con algo de post punk, o viajes alucinantes como ‘Bråtebrann’ o ‘Fanden Ta Dette Hull!’ donde desarrollan su talento para combinar macarrismo y elegancia en todo su esplendor. Y justo cuando has pensado que su lado más blackie había sido olvidado, en sus dos últimos temas, ‘Delirium Tremens’ y Ved bredden Av Nihil’, reaparece descarnadamente. No es un disco que entre a la primera, pero con Splid inician una nueva etapa con Ivar Nikolaisen como vocalista que promete ser tan excitante como la anterior.

2- TOUCHÉ AMORÉ
Lament
(Epitaph)

Pese a haber recurrido a Ross Robinson, la personalidad de Touché Amoré prevalece. El productor que dio a conocer al mundo a Slipknot y Korn, no ha interferido en ese sonido más indie de guitarras que cuelan a menudo en sus canciones. Comparado con el anterior Stage Four, aquí Jeremy Bolm grita más, pero al mismo tiempo encontramos más melodías que nunca. “Necesito recordatorios del amor que tengo, necesito recordatorios buenos o malos” canta en el estribillo de ‘Reminders’, el más pegadizo de su carrera. Y no muy atrás se quedan los de ‘Lament’, ‘Feign’ o ‘I’ll Be Your Host’. Pero tampoco faltan algunos arrebatos más fieros como ‘Exit Row’ o ‘Savoring’, en la que Elliot Babin pone a prueba la resistencia de sus parches de batería. Lament es a última piedra en una discografía impecable de un grupo que parece incapaz de hacer un álbum malo. ¿Y de cuántos podemos decir lo mismo?

1- DEFTONES
Ohms
(Warner)

En el año en que celebraban el 20 aniversario de su álbum más emblemático, Deftones volvieron a escena con su disco más completo en muchos años. El reencuentro con el productor Terry Date volvió a sacar lo mejor de la banda de Sacramento. Su maestría para jugar con distintas intensidades se mostraba en todo su esplendor en temas como ‘Urantia’, ‘Ceremony’, ‘Radiant City’ o ‘Headless’, con un pasaje central de lo más hermoso. Por su parte, ‘Error’ destacaba por su energía y un estribillo más pegadizo que la media, y ‘Ohms’ por ese riff atornillado y demoledor. La mano de Date se notaba en un sonido más cálido y orgánico en el que cada músico encuentra su espacio para respirar, dando más protagonismo a los teclados de Frank Delgado, y logrando que la batería de Abe Cunningham sonara como nunca. Y por supuesto la voz y las letras de Chino Moreno reflejaron la rabia, angustia, pero también la calma, en ese cóctel de emociones que todos hemos sentido en los últimos meses. Si alguien en el futuro se pregunta a qué sonaba 2020, en Ohms obtendrá la respuesta.

Textos de Jordi Meya, Pau Navarra, Richard Royuela, Gonzalo Puebla, David Garcell, Luis Benavides, Marc López, Ignacio Reyo.

Playlist de la lista: