Lucinda Williams siempre ha utilizado sus canciones para tratar de seguir adelante. Sus problemas sentimentales, sus múltiples contradicciones personales, sus fuertes convicciones sociales y políticas, nunca ha escondido nada ni se ha autocensurado un ápice. Ha compuesto de manera sincera y descarnada compartiendo con su público sus victorias personales, y por supuesto también sus derrotas, que no han sido pocas.
Los últimos años para nuestra protagonista han sido duros y muy convulsos. Primero, un tornado arrasó su hogar dejándola prácticamente en la calle y con muchos de sus recuerdos desaparecidos tras la virulencia de la Madre Tierra. Luego, llegó el Covid 19, una pandemia que Lucinda sufrió como nadie en sus propias carnes. No sólo pasó serios problemas de salud, además perdió más de un ser querido tras una gestión más que dudosa de la administración del gobierno americano.
Cuando las aguas volvían poco a poco a su cauce, en 2020 sufre un ictus del que se salva casi de milagro, pero que le deja el lado izquierdo seriamente paralizado. Estaba componiendo nuevos temas y muy prolífica lanzando discos donde rendía homenaje a algunos de sus colegas de profesión, y de repente quedaba postrada en una cama de hospital durante semanas. Ni siquiera podía rascar su querida Telecaster.
Quizás la vida se haya ensañado con ella, pero es evidente que no ha podido con una artista colosal que una vez más, recoge experiencias tan complicadas para devolverlas en forma de canciones. Y hemos de decir que a pesar de todo suena más vitalista que nunca. Si escuchamos ‘Let´s Get The Band Back Together’, nos encontramos con un zarpazo de rock’n’roll clásico a lo Faces, con alma optimista y reivindicando el concepto de pandilla y pensamos que en efecto, parece que nada vaya a poder con el ánimo de la artista de Lousiana. ‘Rock And Roll Heart’ también nos pone el vello de punta. Arropada por las voces de Bruce Springsteen y Patti Scialfa, Lucinda se desgañita apoyada por un contundente riff stoniano, mientras recuerda la figura del perdedor de pueblo pequeño que sale adelante gracias a una guitarra y al rock’n’roll. La música siempre está ahí para recordarte que incluso tú, un don nadie perdido en el culo del mundo, puede llegar a ser una estrella. Si tienes corazón lo tienes todo.
Pasados los setenta y con todo el bagaje de la experiencia, da la impresión que Lucinda haya querido rodearse de su gente de confianza y apoyarse para componer en todos esos íconos con los que ha crecido, admirado y trabajado. En la preciosa ‘New York Comeback’ vuelve a contar con la voz del Boss en uno de esos medios tiempos de rock americano marca de la casa, y tenemos que destacar otra de las joyitas del álbum, ‘Hum´s Liquor’, una maravilla que utiliza para narrar los últimos años de vida de Bob Stinson de Replacements y donde colabora en las voces el mismísimo Tim Stinson. Contaba Reese Wynans, teclista de la banda de Lucinda (y también miembro de los míticos Double Trouble de Stevie Ray Vaughan), que nunca había visto a su jefa con más ganas de hacer cosas, escuchar sugerencias y probar ideas. Mientras grababan, escuchaban música sin parar e iban surgiendo nombres como los de Tom Petty, Chris Cornell, Howlin Wolf, Townes Van Zandt… Como si los invocaran para reafirmarse de que estaban haciendo bien las cosas y el disco iba a sonar como debía.
El álbum no sólo suena como debe, si no que me atrevería a decir que es lo mejor que ha grabado en mucho tiempo, y eso que el anterior, Good Souls Better Angels de 2020 ya rayaba a gran altura. Por último, es una gozada escuchar al finalizar la grabación un tema como ‘Never Gonna Fade Away’ donde se recita: “Cuando las chispas ya no vuelen más y nada esté iluminando el cielo, y todo lo que quieres es llorar, yo nunca me desvaneceré, nunca me desvaneceré”. La música tiene muchas y varias funciones y cada uno escoge la que mejor le viene.
Hay discos que sirven propósitos muy concretos, pero solo algunos te ofrecen auténticas lecciones de vida; no sólo los disfrutas, si no que te inspiran a seguir adelante a pesar de todo. Lucinda Williams es una maestra a la hora de inspirarte, porque al fin y al cabo, si ella puede con todo lo que ha cargado, ¿por qué tú no? Un disco esencial.
ANDRÉS MARTÍNEZ
