Teniendo en cuenta la tendencia retrógrada que está calando en muchas capas de nuestra sociedad, y que la homofobia sigue siendo un mal todavía por erradicar, es de celebrar que aparezca un álbum inspirado y concebido desde el amor de una pareja homosexual.
Que además uno de los miembros de la pareja, Roddy Bottum, tenga cierta repercusión mediática gracias a ser el teclista de una banda tan conocida como Faith No More, no puede más que ayudar a que su mensaje tenga algo de exposición.
Pero más que su banda madre, la música incluida en el debut de Man On Man recuerda a la de su otro proyecto Imperial Teen, con quienes desde los 90 ha publicado seis discos, aunque poca gente se haya enterado. Que nadie espere ni rastro de rock o metal, o una fusión de estilos, porque esto va por otro lado.
Como si fueran pequeñas viñetas de la vida doméstica de Bottum y su novio Joey Holman, estas once canciones capturan la intimidad y calidez de haber sido creadas en su hogar durante el confinamiento, con una instrumentación basada en sintentizadores y algunas guitarras que a ratos tiran hacia el shoegaze. En general, es un disco más pensado para escuchar un domingo por la mañana que un sábado por la noche.
Temas como ‘Baby You’re My Everything’, ‘Beach House’, ‘Lover’ o ‘Please Be Friends’ o ‘Kamikaze’ podrían ser como esas notas con corazoncitos que uno deja en la puerta de la nevera para provocar una sonrisa en su amante, aunque también hay otros con un poco más de ritmo y empuje como ‘Two At A Time’, con un estribillo de lo más pegadizo, o Daddy’ y ‘1983’, en las que las letras son más explícitas en su contenido sexual.
Que algunos puedan llegar a considerarlo provocativo o escandaloso (en un primer momento el vídeo de ‘Daddy’ fue censurado por YouTube) viene a demostrar lo necesario que es Bottum y Holman se hayan animado a expresare su amor sin filtros en un álbum modesto en su concepción, pero grande en su intención.
MARC LÓPEZ