Cuando en octubre del año pasado Marilyn Manson sacó el single ‘God’s Gonna Cut You Down’, una versión de un tema tradicional folk anteriormente interpretado por Elvis Presley o Johnny Cash, supuse que era una pista de por dónde iría en su siguiente álbum. Sabiendo además que estaba trabajando con el músico y productor Shooter Jennings, hijo de la estrella del country Waylon Jennings, me imaginé a Manson reinventándose como un cantautor gótico, un poco al estilo de lo que ha hecho Phil Anselmo con En Minor. Pero estaba equivocado.
We Are Chaos, su undécimo disco de estudio, no es un disco de folk, ni de americana, ni influenciado por el rock sureño. Tampoco es un disco de metal industrial como los de sus inicios. En cierto modo sigue esa línea más ‘adulta’ de sus dos anteriores discos, The Pale Emperor (2015) y Heaven Upside Down (2017), pero para mi decepción no se ha atrevido dejar algunos de los tics que le caracterizan. Es posible que ello se deba a que su gran personalidad se acabe imponiendo trabaje con quien trabaje, pero a veces parece que se esconda tras ella para ocultar la debilidad de algunas de sus composiciones, caso de la agónica balada ‘Infinite Darkness’ o ‘Perfume’, con una base rítmica marcial y un riff que le hemos escuchado mil veces antes.
Afortunadamente, el disco contiene muchos otros momentos en los que Manson ha dejado que entre un poco de aire fresco. El single ‘We Are Chaos’, sin poder rivalizar con hits pasados, tiene algo de hímnico y humano que te va ganando a cada escucha, la ochentera ‘Don’t Chase The Dead’ resulta de lo más efectiva, ‘Paint You With My Love’ le acerca al glam erótico de T-Rex; ‘Solve Coagula’ suena como un cruce entre U2 y Bauhaus, y ‘Keep My Head Together’ tiene una base casi Madchester.
También merecen ser destacadas ‘Half-way & One Step Forward’ con su piano circular que te va enroscando poco a poco, o ‘Broken Needle’, que se erige como uno de los mejores finales de su discografía y se acerca más al tipo de sonido que esperaba por la mano de Jennings, con una guitarra acústica y una slide guitar que dibujan un paisaje que va cubriéndose de nubes negras. Pero aun siendo un trabajo notable, We Are Chaos me suena a una oportunidad perdida para un artista que pasados los 50 debería soltar un poco más de lastre. Quizá en el próximo…
JORDI MEYA