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MARK & THE CLOUDS – ‘Machines Can´t Hear You’

Probablemente estemos ante uno de los mejores discos de rock clásico de los últimos tiempos.

Fue Brent Rademaker, guitarrista de Beachwood Sparks y Gospelbeach el que me dijo una noche que era muy difícil encontrar artesanos de la melodía hoy en día . Músicos que supieran integrar las notas y acordes en ese tipo de canciones que se hacen inolvidables con unas pocas escuchas.

Entendí enseguida lo que quería decir. Ante la dificultad de encontrar ese equilibrio perfecto,  muchos de los compositores actuales caían en la trampa de apostarlo todo a una brillante producción o a reciclar una y mil veces las mismas ideas de siempre. De ahí que tantas de esas bandas o artistas deudores de los grandes clásicos, a pesar de mostrarse solventes, suenen tan desfasados y cansinos que se hace muy cuesta arriba escuchar alguno de sus discos de un tirón. No, no es nada fácil componer melodías perdurables que suenen frescas y novedosas.

Mark & The Clouds llevan ya mucho tiempo dándonos razones para creer que todavía podemos encontrar un repertorio de canciones con vocación atemporal. Porque aunque parezca una exageración, esa es la sensación que te queda cuando has escuchado durante unos cuantos días seguidos las 17 composiciones que componen su cuarto álbum. Y sí, proceden del underground británico, ese que todavía no aparece en las grandes revistas inglesas de tendencias, pero por calidad, sonido y trayectoria, deberían haber copado ya unas cuantas portadas.

Su imagen es claramente vintage, parecen sacados de la Inglaterra de finales de los sesenta y su concepto sonoro entre otras cosas, va por ahí y sin embargo, suenan tremendamente actuales, frescos y vigentes ¿Las razones para que digamos esto? La incuestionable calidad de sus canciones. Puedes encontrar docenas de influencias pero ninguna de ellas es obvia, ni demasiado evidente. Hay pop barroco a patadas, mucha psicodelia, classic rock y ese pop luminoso que puede arreglar el día más aciago, pero todo incorporado de manera natural en unas composiciones sobresalientes.

Es asombroso por ejemplo, que pueda convivir un tema tan melancólico y sombrío como ‘Underground’ con algo tan vitalista como ‘Swearing At The Moon’ que podría haber estado escrita por el mismísimo Ray Davies. Una dualidad que se va dando durante todo el álbum y que dota a este repertorio de una riqueza estilística tremenda. El disco no puede comenzar de mejor forma con ‘What Happened To The Future?’ y ‘Graves For You And Me’, dos cortes de puro power pop sixties cargados de energía contagiosa. ‘Soul Of Nature’ suena muy Beatles con esa cadencia vocal, esos vientos y esas acústicas que van elevando el tono de manera sublime.

Me encantaría que todos aquellos que recurren al cancionero de Lennon, Macca y Harrison una y otra vez, pudieran acceder a un tema tan bello y darse cuenta que sigue habiendo vida más allá de los monstruos eternos de siempre. ‘The Shadow’ posee cierto sabor a blues y de nuevo nos encontramos con esas etéreas voces que vienen a ser rubricadas por un hermoso y rotundo solo de guitarra. Otra de las joyitas que esconde el álbum. Y no me gustaría acabar el comentario sin mencionar ese medio tiempo tan absolutamente radiante y embaucador titulado ‘South’.

Mark & The Clouds son maestros en ese viejo y casi extinguido arte de darle toda la importancia a las canciones, y eso tiene mucho mérito. La producción es notable pero sin artificios, muy rica en matices y han tenido el talento y la habilidad necesaria para no caer en ese refrito retro del que estamos tan cansados. Probablemente estemos ante uno de los mejores discos de rock clásico de los últimos tiempos. Casi nadie lo va a decir, pero para eso estamos aquí, para advertirte. Dale una oportunidad y déjate sorprender.

ANDRÉS MARTÍNEZ