Entiendo la euforia que Daemon, el sexto álbum de Mayhem, pueda haber desatado en ciertos sectores. Por experimentales o raros que fueran, yo siempre he disfrutado de todos sus capítulos sin excepción, pero no nos engañemos: De Mysteriis Dom Sathanas es lo más grande que han grabado nunca, jamás se superará, y a estas alturas su leyenda está por encima de la música o la propia banda, incluso.
Un cuarto de siglo después, es precisamente a su mítico debut a lo que nos remite su nuevo disco. Desde que ‘The Dying False King’ entra a cuchillo es imposible escapar de esa influencia, sobre todo por el bajo tan subido de Necrobutcher y un Attila Csihar majestuoso, al que parece que revivir a Tormentor le haya recordado las mil y una voces que es capaz de plasmar. ‘Agenda Ignis’ avisa de que nunca dejarán de ser retorcidos, pero al llegar a ‘Malum’ el espíritu de De Mysteriis vuelve a azuzar brutalmente. Casi parece un descarte…
Más guiños en la buenísima ‘Falsified And Hated’, que se te enrolla en el cuello cual serpiente descendiendo hacia Eva, o en la maléfica ‘Aeon Daemonium’. Dos cortes para enmarcar, y la carrera endiablada de ‘Worthless Abominations Destroyed’ tampoco decepciona. La sensación de obra coral se apuntala con una ‘Daemon Spawn’ que ayuda a un todo, Daemon, que se ve fortalecido por esa ambientación auténticamente insalubre.
Hay quien lleva eones esperando este álbum… que lo disfrute, tanto como cualquiera que siempre haya prestado sus orejas a Mayhem sin condiciones previas. Tras un cierre como ‘Invoke The Oath’ tengo claro que tenemos a un nuevo genio, y se llama Teloch.
PAU NAVARRA