Todo el mundo odia, dicen. Esta afirmación, del todo discutible, da título al primer elepé de los gallegos Mentah, una formación que paradójicamente lleva desde el primer día repartiendo amor en mayúsculas. Eso era el emo, ¿verdad? Señalar el lado amargo de la vida, meter las narices en el reverso negativo de la banda, respirar tristeza, y hacer algo tan bonito como una canción.
Así entiendo el tan amado y odiado emo, y creo que comparto equipo con Mentah. Basta con escuchar sus composiciones, su respuesta a esos sentimientos negativos y en ocasiones destructivos que pueden rodearnos e incluso invadirnos.
Unas veces con más brío y otras con pausa, siempre desde la melancolía, Mentah facturan en el presente Everyone Hates otros siete cortes que juntos conforman una muy buena y sólida prolongación de sus dos breves pero interesantísimos EPs lanzados en el pandémico 2020.
No exagero si digo que tenía muchas ganas de escuchar este disco. Esas dos primeras dosis, inoculadas en tiempos extraños, sin abrazos y con tapabocas, empezaban a ser insuficientes. Los que hemos disfrutado en los últimos meses su impecable indie emotivo, austero y honesto, sentido e ingenuo, servido bien calentito en esos dos primeros EPs, necesitábamos más, necesitábamos sentir otro pinchacito en nuestro corazón.
Esta nueva entrega, mucho más generosa, también esculpida en los estudios La Cortina Roja, cumple sobradamente con las expectativas. El disco, auspiciado por el sello independiente Radix Records (Gyoza, Autosleeper), arranca con mucho aplomo, con una enorme ‘No Way’, rica en matices, con una intensidad que va de menos a más y un arpegio hipnótico de la escuela Sunny Day Real Estate; y sigue con el corte que da nombre al disco, un tema de indie rock mucho más crudo que podría pasar por una cara B del High/Low de Nada Surf.
Advierto una maduración en su sonido, muy sutil. El dúo de Ferrol depura y diversifica muy ligeramente su propuesta, sobre todo a nivel de producción, sin traicionar su idea original, esa que tanto nos cautivó. En este sentido sobresale la parte instrumental de ‘Longest Night’, para cerrar los ojos y escuchar con atención, y la bella factura de la compacta ‘Are You Angry?’, la pregunta sin respuesta que cierra un disco de corta duración que deja poso.
Estos dos amigos, ambos exmiembros de los desaparecidos Klüte, han hecho los deberes. Empiezan (empezamos) el año con un buen disco bajo el brazo. Muchas gracias.
LUIS BENAVIDES
