Esto es un jodido disco de Metz. Y aquí se podría acabar la reseña y muchos, muchísimos, me entenderían e irían corriendo a su tienda de discos favorita para hacerse con el vinilo. Estas cuatro letras se han convertido en una garantía. Las palizas sonoras de estos canadienses son auténticos masajes para los amantes del hardcore ruidoso y del rock alternativo más visceral.
Atlas Vending entronca directamente con su último largo hasta la fecha, Strange Peace, capturado en directo por el mítico Steve Albini en Chicago. En esta ocasión, los de Toronto -que debieron tomar muy buena nota de su experiencia con el líder de Shellac y Big Black- coproducen ellos mismos el disco junto a Ben Greenberg, de los ruidosos Uniform, consiguiendo un sonido más limpio, pero aún más enorme. Su cuarto trabajo de estudio es un ensayo sonoro sobre los rincones más sombríos y tristes de nuestra sociedad, de la ansiedad a la soledad pasando por la paranoia inducida por ciertos medios de comunicación.
Atlas Vending empieza muy fuerte con ‘Pulse’. Un bombo a modo de martillo pilón y un bajo que se escurre nos dan la bienvenida en la primitiva e inquietante ‘Pulse’, una escalada de algo más de cuatro asfixiantes minutos.
Nos tienen ya de rodillas cuando escupen ‘Blind Youth Industrial Park’, un tema estruendoso marca de la casa con un estribillo moderadamente luminoso y una guitarra afiladísima sobre una base rítmica al galope, y la insistente ‘The Mirror’, con un inicio casi tribal. Puedes intuir por dónde llegará el golpe, pero es imposible zafarse de semejante torbellino. Y esto sólo acaba de empezar. Lo mejor está por llegar.
Los que necesitan agarrarse a una melodía para disfrutar encontrarán en ‘No Ceiling’, y sobre todo ‘Hail Taxi,’ su salvación. La otra pieza que merece una mención especial es la última, ‘A Boat to Drown In’, la más larga, casi siete minutos en los que la banda exprime su potencial instrumental y parece anticiparnos futuros derroteros. Pues eso, otro disco de Metz, otro disco recomendable si te van las emociones fuertes.
LUIS BENAVIDES