Si un día tuviera que hacer una lista de los guitarristas más infravalorados de la historia es muy posible que incluyera en ella el nombre Mick Mars. Siempre a la sombra de la personalidad explosiva de sus ex compañeros de Mötley Crüe, y del resto de guitar-heroes de los 80, desde Eddie Van Halen o George Lynch, creo que nunca se le ha apreciado como se merece.
Quizá por eso esperaba que su primer disco en solitario, que publica cuando ya ha cumplido 72 años y tras su traumática salida de los Crüe, sirviera para reivindicarle, pero lejos de eso The Other Side Of Mars nos muestra a un músico desubicado y excesivamente conservador. A su favor hay que decir que el sonido de guitarra es poderoso y mucho más heavy que el que había exhibido con los Crüe, pero no es suficiente para hacer que el disco resulte interesante, a menos que te lo parezca un álbum de hard rock moderno o post grunge que podría haber grabado cualquier ex concursante de American Idol.
Y es que los dos cantantes que le acompañan en este proyecto, Jacob Bunton (Lynam, ex-Riley’s L.A. Guns) y Brion Gamboa (Third Mist), tienen tan buenas voces como poca personalidad, y las composiciones, co-escritas con Paul Taylor (Winger, ex Alice Cooper) no podrían resultar más genéricas. Los amantes del estilo quizá disfruten con ‘Loyal To The Lie’, la dramática ‘Killing Breed’, reforzada por arreglos orquestales o ‘Ain’t Going Back’, pero baladas como ‘Alone’, ‘Memories’ o ‘Undone’, que recuerda a los Stone Sour más plomizos, restan muchísimos puntos. Y por desgracia la despedida con el blues instrumental ‘LA Noir’ tampoco es como para hacerte pensar que un disco instrumental hubiera sido la solución.
Me sabe mal por Mars, especialmente por su deteriorada salud, pero no sé muy bien a qué viene que lance algo tan pobre como esto cuando nadie se lo estaba pidiendo. Destinado a ir a parar a la misma cubeta de segunda mano junto a los discos de Vince Neil, Methods Of Mayhem y Sixx A.M..
JORDI MEYA
