Desde que en 2002, Jamie Walters decidiera iniciar Midnight, su misión ha sido la de devolverle al heavy metal el espíritu más punk y básico de bandas como Motörhead y Venom. Adoptando el alias de Athenar y haciéndose cargo de todos los instrumentos, a lo largo de estos años ha grabado incontables maquetas, EP’s, participado en recopilatorios, y publicado tres álbumes con los que ha ido ganando cada vez más seguidores.
Pero si hasta ahora el de Cleveland había sido una figura conocida básicamente en el underground, con el lanzamiento de Rebirth Of Blasphemy, que llega con el apoyo de un sello potente como Metal Blade, no me sorprendería que el nombre de Midnight adquiriese una mayor notoriedad. Desde luego, lo merece. Su cuarto trabajo aspira a todo sin renunciar a nada. Con el mismo enfoque primitivo de sus anteriores trabajos y esa actitud de no tomar prisioneros, estas diez canciones nos ofrecen una lluvia de hachas en toda regla.
El arranque con ‘Fucking Speed And Darkness’ es potentísimo, una invitación al desmadre que sigue con el tema titular y ‘Escape The Grave’. Con su voz cavernaria y unos solos de guitarra que sacan chispas, Athenar lo da todo en cada segundo, lanzando misiles como ‘Raw Attack’ y ‘The Sounds Of Hell’ y sudando cerveza en ‘Devil’s Excrement’ o ‘You Can Drag Me Through Fire’ con la que termina el álbum por todo lo alto.
Lo más relevante es la energía y determinación con la que Athenar ataca cada tema, creando un conjunto que, además de pegadizo, es jodidamente divertido. Es heavy, es punk, es rock’n’roll.
JORDI MEYA