Ya tardaba algún grupo en ponerse un nombre tan obvio y contundente como Mosh. Aunque no son unos recién llegados (llevan tocando desde 2014), no ha sido hasta este Vértigo que les he descubierto. Dicen que su tercer álbum es el más arriesgado que han grabado, y quizá por ello está llamado a aparecer en todas las listas de los mejores discos de metal nacional.
En efecto, las diez composiciones que figuran en Vértigo son singles en potencia para cualquier buen aficionado al metal alternativo. El quinteto de Peralta (Navarra) sabe combinar muy bien las voces agresivas con las melódicas pero la fórmula del éxito consiste, sobre todo, en doblarlas: mientras que una voz se desgarra por debajo, otros coros sobresalen por encima cantando el estribillo en tono melódico. Si a esto añadimos que las guitarras también van dibujando melodías siguiendo la escuela de Parkway Drive, el resultado es un trabajo destinado a petarlo.
La ejecución de Mosh es impecable y, como he dicho antes, todos los temas que suenan en Vértigo son excelentes, sin que se deba destacar ninguno por encima de otros. Tan solo comentar que en ‘No Busques Problemas’ colabora Rober de Bellako en las voces y que el resto de sus influencias hay que buscarlas en otras bandas estatales como Aphonnic, Después De Todo, Hamlet (‘Lo Que Quieres’ huele mucho a Molly y compañía) o incluso Korn (‘Entre Mis Manos’).
Vértigo es un álbum perfecto si te gustan los breakdowns, la alternancia de partes para el cafre-moshing con otras algo más tranquilas, los coros melódicos, etc. Vamos, que la han clavado.
JORDIAN FO
