Imáginate que tocases en una banda punk y te obligaran a grabar un disco sin guitarras. Más o menos esa es la premisa que Deedee, el vocalista y líder de MSPAINT, se planteó a la hora de grabar el debut de su banda con sus compañeros, el bajista Randy Riley, el batería Quinn Mackey, y el teclista Nick Panella.
El resultado es un álbum que suena fresco y sorprendente, en el que los sintetizadores vintage ocupan el lugar de las guitarras distorsionadas, pero que con Deedee berreando en la mejor tradición del hardcore y algo del flow de los Beastie Boys, y una sección rítmica de lo más potente, logran que su sonido no carezca en absoluto de fuerza. Y un par de invitados, Ian Shelton de Militarie Gun en ‘Delete It’ y Pierce Jordan de Soul Glo en ‘Decapitated Reality’, en la que se acercan al hardcore, le ponen un poco de sal y pimienta.
Naturalmente, el cuarteto de Hattiesburg (Mississippi) no es el primero en mezclar estos elementos, pero a diferencia de unos Atari Teenage Riot, por ejemplo, sus temas no caen en la frialdad y agresividad industrial, sino que tendrían más que ver con algo así como una versión cañera de DEVO.
Es interesante escuchar como los sintes son los encargados de modular las diferentes intensidades, a ratos saturándolos a tope, otras simulando punteos o riffs, o creando colchones más ambientales, y el resto de instrumentos van encajando para crear un tapiz retro futurista. A pesar de que a ratos puedan sonar amenazantes, las letras de Deedee conjuran un positivismo que los emparienta con bandas como Youth Of Today, poniendo valores como la empatía o la compasión por encima de la negatividad en la que es tan fácil caer.
Es verdad que no todas las canciones están al mismo nivel, y que a pesar de que el disco dura solo media hora en su parte final la novedad inicial va perdiendo algo de efectividad, pero aún así, se agradece que haya una banda que quiera romper con la monotonía.
JORDI MEYA