Hans-Erik Dyvik Husby, conocido artísticamente como Hank Von Hell y por haber sido cantante de Turbonegro durante 17 años, murió ayer, 19 de noviembre, a la edad de 49 años. Por el momento no se han revelado las causas.
«Estamos agradecidos por el tiempo, los momentos y la magia que compartimos con Hans-Erik en Turbonegro entre los años 1993-2009», ha escrito la banda noruega en sus redes. «Como un frontman carismático que canalizaba el humor y la vulnerabilidad de igual manera, Hans-Erick fue crucial en el atractivo de la banda. Era un ser humano cálido y con un gran corazón, una persona espiritual e intelectualmente inquieta que amaba tener una conversación con quien fuera».
«Nos sentimos orgullosos de lo que creamos juntos como hermanos del rock en Turbonegro: la música, los personajes, todo nuestro universo. Hank Von Helvete seguirá siendo una figura icónica en la historia del rock noruego y la cultura popular, y también dejó su huella en la comunidad internacional del rock’n’roll».
«Actor, romántico, entertainer, durante su vida Hank dejó claro que era un hombre que vivía para el escenario, los focos y la atención. Nuestros pensamientos y corazones están con su familia. Descanse en paz».
Turbonegro se formaron en 1989 y durante la década de los 90 se convirtieron en uno de los grupos de referencia del llamado nuevo rock escandinavo gracias a discos como Ass Cobra o Apocalypse Dudes, y su mezcla de punk, glam y hard rock. En 1998 se separaron temporalmente debido a la adicción a la heroína de Hank.
La banda volvió a reunirse en 2002, publicando tres discos más, Scandinavian Leather (2002), Party Animals (2005), y Retox (2007) tras el cual el cantante volvió a dejar el grupo para formar Doctor Midnight & The Mercy Cult. La banda siguió adelante en 2011 con un nuevo vocalista, el británico Tony Sylvester.
En 2018 Hank Von Hell publicó su primer disco en solitario, Egomania, y el año pasado publicó el segundo, Dead. De hecho tenía una extensa gira de 11 fechas programada para este próximo enero en España para presentarlo. Desgraciadamente, nos quedaremos con las ganas de verle una vez más.
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