El disco que catapultó Muse a los estadios y grandes festivales cumple veinte años. El mismo que eliminó la etiqueta de ‘copia de Radiohead’ y que les hizo tener un sonido aún más compacto gracias a Rich Costey, Paul Reeve y al grupo mismo. Dentro de su catálogo, Absolution es EL ÁLBUM.
No hay duda que supuso un antes y un después para el trío de Devon, aunque también, para algunas personas, fue su último gran disco. El arte corrió a cargo de Storm Thorgerson y, según el batería de la banda, Dominic Howard, la portada se puede interpretar de dos maneras: gente que abandona la tierra o bien que viene hacia ella, cada uno es libre de pensar lo que quiera.
Grabado entre los estudios Grouse Lodge Studios en Irlanda y los AIR Studios en Londres, la banda se dedicó a probar nuevos sonidos, como son baterías registradas a la intemperie (no incluidas en la versión final), guitarras pasadas por amplificadores de metal (Diezel Amps, presentes en ‘Stockholm Syndrome’) o sintetizadores en temas como ‘Endlessly’. Todo esto sin perder el toque clásico “Rachmaninoff” que puede encontrarse en cortes como ‘Apocalypse Please’ o en el solo de piano de ‘Butterflies And Hurricanes’.
En un principio Matt Bellamy, líder de la banda, tuvo la idea de escribir sobre asuntos mundanos, pero en una época post Torres Gemelas, en el recién estrenado siglo XXI, y con el estrés y la presión por grabar un nuevo disco acabó viéndose forzado a plasmar una rabia, una paranoia y cosas sin aparente sentido que ha mantenido como temática central de sus composiciones hasta el día de hoy. En resumen, Absolution es un álbum que habla sobre el final de las cosas y a su vez de la búsqueda de la esperanza y la lucha por conseguir algo mejor. No en vano para este LP se generaron hits del calibre de ‘Hysteria’ o ‘Time Is Running Out’, clásicos indispensables incluidos en todos los setlists de sus conciertos.
En esta versión XX aniversario encontramos una mejoría a nivel global en lo que a sonido se refiere que nos permite apreciar mucho mejor todos los detalles de las canciones que conforman el álbum. Baterías y guitarras más definidas, bajos más corpóreos en comparación con la mezcla original y, en general, una mezcla más brillante y compacta, no tan centrada en las frecuencias medias y con un considerable upgrade en cuanto a balance de graves, llevando a un sonido ajustado a los tiempos y preferencias sonoras actuales.
Destacar que se han incluido temas extras como ‘Fury’, cañonazo que se quedó fuera en el lanzamiento de 2003, incluyéndose únicamente en la edición japonesa y en forma de B-Side en el single ‘Sing For Absolution’. También han añadido versiones de un cariz más íntimo, eliminando gran parte de los instrumentos y dejando a voces y pianos al mando, como ocurre con ‘Apocalypse Please’, ‘Butterflies And Hurricanes’ y ‘Ruled By Secrecy’. Todo esto sin olvidarse de las típicas versiones en vivo (‘Blackout’, ‘Thoughts Of A Dying Atheist’, entre otras) ni de las curiosas y, a veces, casi imprescindibles versiones demo (‘Hysteria’ y ‘Falling Away With You’). La exquisita presentación del box set con tres vinilos transparentes, dos CD’s y un libreto de 40 páginas de gran formato está a la altura de su contenido musical.
Si algún día llega el apocalipsis, éste álbum debería ser la banda sonora oficial.
ADRIÀ MARVA
(cantante y guitarrista de Gyoza)