Con Muse me empieza a pasar como con aquella ex pareja con la que te encuentras después de unos cuantos años de dejarlo y piensas, ‘¿Cómo puede estar enamorado de esa persona?’. Incluso aquellos rasgos que antes reconocías como atractivos, pasado el tiempo te dejan indiferente, y lo que antes te parecía una conversación interesante, ahora te resulta un coñazo.
Sinceramente estoy hasta el gorro de escuchar a Matt Bellamy cantar sobre el fin de la civilización, sus visiones apocalípticas, y sus mensajes grandilocuentes, como si creyera que gracias a sus canciones, de repente, íbamos a abrir lo ojos y darnos cuenta de que vivimos en la mierda. Y Will Of The People, su noveno disco de estudio, va precisamente de eso. Buff…
Reconozco que cuando en enero lanzaron el single ‘Won’t Stand Down’ sentí dentro de mi una pequeña esperanza de que por fin volvieran a hacer un buen disco. Sin ser tampoco la octava maravilla, como mínimo parecía que Bellamy hubiera recordado que sabe tocar la guitarra con ese riff trotón, y su coro épico tenía gancho.
Pero la ilusión solo me duró hasta que en marzo anunciaron el disco y compartieron ‘Compliance’ como adelanto. Ahí estaban de nuevo los sintetizadores ochenteros de Simulation Theory y un break que parecía sacado de la sintonía de El Coche Fantástico. Y, más o menos, entre esos dos polos se mueve el disco.
El aspecto más excitante, en realidad el único, es escuchar a Bellamy haciendo algunas virguerías con su guitarra en la metalera ‘Kill Or Be Killed’ a la que al parecer hay que agradecer a su hijo pequeño por obligarle a escuchar a Slipknot cada día en el coche de camino a la escuela, y en algunas partes de la pachanguera ‘You Make Me Feel Like It’s Halloween’, con una melodía que podría ser de Abba, y ‘Euphoria’, donde podrían pasar por The Darkness tocando una versión de ‘Plug In Baby’. Fuera de eso, quizá salvaría ‘Liberation’, una melodramática balada al piano con, una vez más, coros a lo Queen, y poco más.
Del resto, lamentablemente, poco hay que rascar. La inicial ‘Will Of The People’ es un ridículo cruce entre ‘The Beautiful People’ y ‘American Idiot’, ‘Verona’ es una balada en plan espacial totalmente de relleno, y la melosa ‘Ghosts (How Can I Move On)’ suena como si Ed Sheeran y Rufus Wainwright hubiesen quedado para tomar el té.
Resulta frustrante ver como unos tipos con talento y todos los medios a su disposición no sean capaces de ofrecer algo mejor. Como dicen ellos mismos en el último tema, ‘We Are Fucking Fucked’.
MARC LÓPEZ