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NATHANIEL RATELIFF & THE NIGHT SWEATS – ‘The Future’

Su vertiente soul parece oscilar cada vez más entre lo clásico y los postulados de la corriente alternativa.

Si ya es duro sobreponerse a ciertos golpes de la vida, seguir recibiéndolos cuando has conseguido volver a ponerte en pie tampoco debe ser tarea fácil. A pesar de que en los últimos tiempos Nathaniel Rateliff ha saboreado las mieles del éxito junto a The Night Sweats, en su vida privada no todo ha sido de color de rosa.

Sus problemas con el alcohol, un divorcio y la muerte de varios amigos cercanos como el productor Richard Swift, inspiraron la creación de And It’s Still Alright. Un álbum en el que prescindía momentáneamente de la formación con la que había logrado la fama y que apareció un mes antes del fatídico marzo del año pasado. Pero en lugar de seguir buscando las musas en los malos momentos, el cantautor de Missouri decidió afrontar el futuro con optimismo.

Con los Night Sweats de vuelta a la cancha, The Future se presenta, ya desde esa cubierta dorada, como un disco positivo y lleno de vitalidad, que mira hacia adelante como única vía de escape a la hora de encarar los problemas. El propio tema titular fluye con fuerza mientras Rateliff ruge sobre una base de corte sureño. Y es que hay nuevas vibraciones en este tercer esfuerzo conjunto.

Su vertiente soul parece oscilar cada vez más entre lo clásico (‘Love Me Till I’m Gone’, ‘What If’) y los postulados de la corriente alternativa de gente como Alabama Shakes o Michael Kiwanuka. Ahí están ejercicios sutiles y contenidos como los de la nocturna ‘Baby I Got Your Number’ y ‘Oh, I’. Por no mencionar un single tan adictivo como ‘Survivor’, en el que juegan al despiste para endosarte un certero estribillo directo al mentón.

En todas las canciones destaca la omnipresente sección de vientos que impulsa cada intervención del bueno de Nathaniel. Guardan lo mejor para el final con ‘Love Don’t’, un misil marca de la casa con la banda al completo desbarrando sin freno. Con trabajos así, normal que su futuro luzca tan brillante.

GONZALO PUEBLA