Para entender la obra conceptual de Nawaharjan hemos de remontarnos hasta el idioma proto germánico y al folklore mitológico relacionado con el método prusiano del Brandawegiz, que se basa en dirigir la vida por el proceso de la liberación, la sabiduría y el logro de habilidades mágicas, siguiendo el incendiario camino de Loki. De ahí el nombre que da título al disco, Loka (‘Loki’), y brenna (‘fuego’).
Los nueve himnos que forman la hora que dura el álbum no son al azar. Nueve son las cerraduras del cofre de Sinmara, y que una a una se van a ir abriendo a medida que transcurre este viaje de contemplación y conocimiento interior.
Una vez entendido el concepto filosófico del que se nutre este álbum, cobra más sentido lo que nos vamos a encontrar. Un inicio rápido y cortante, la primera ‘Warassuz’, nos muestra un black metal melódico y atmosférico que va de menos a más con cada cerrojo que se va abriendo (desfase ya en la cuarta ‘Utfursko’).
La producción clara y nítida, al igual que la voz de Skandaz que, para tratarse de black, es totalmente entendible y que confiere a un servidor un aura narrativa de alabanza y épica (recordándome a Arckanum especialmente en los pasajes más folkies) y que invita a levantar los cuernos con hidromiel y entonar al unísono con los colegas tabernarios.
Mucho tiempo ha pasado desde su único EP Into The Void allá por 2011, pero ha valido la pena la espera hasta este álbum de debut que es Lokabrenna, publicado por su compatriota Amor Fati Productions, ese ave de ojo avizor por el black más escondido y que ha encontrado en Nawaharjan un gran talento musical, tanto en composición como de ejecución que le da frescura y calidad al black más underground, reinado por el raw.
SANTA